El Ministerio del Ambiente no cuenta con personal técnico para supervisar el cumplimiento de los permisos.
Santo Domingo, República Dominicana. El movimiento cívico Participación Ciudadana hace un llamado urgente al presidente Luis Abinader Corona, al ministro de Medio Ambiente Miguel Ceara Hatton y a la procuradora general Miriam Germán Brito a prestar atención a la destrucción de nuestra Cordillera Central.
La tala de miles de pinos occidentales autorizada por los llamados planes de manejo emitidos por el Ministerio del Ambiente es un esquema que está destruyendo la Cordillera Central. En un tramo montañoso de 40 a 50 kilómetros, Altagracia Salazar, de la Comisión de Análisis Político de Participación Ciudadana, observó decenas de árboles a ambos lados de la vía, talados con moderna tecnología y listos para ser transportados a los aserraderos del exsenador Antonio Cruz. , quien se jacta de haber instalado el aserradero más moderno de la región del Caribe.
El Ministerio del Ambiente no cuenta con personal técnico para supervisar el cumplimiento de los permisos. Es una práctica generalizada que, con un permiso de tala de decenas, se cortan indiscriminadamente cientos de árboles, sin ninguna consecuencia, provocando graves daños al ecosistema y al medio ambiente. Incluso se están dando robos de madera, en perjuicio de los pequeños propietarios que no tienen cómo defenderse. La ganadería de montaña, prohibida por una resolución del Ministerio de Medio Ambiente, se sigue practicando y crece, extendiéndose a los puntos más altos de la cordillera, en el caso de las zonas de Monción y San José de las Matas, hasta el Pico del Gallo.
La Asociación de Empresarios de la Madera está causando daños adicionales al recurrir al uso de herbicidas para evitar el rebrote natural de los pinos. Esta práctica aprovecha grandes superficies que son taladas, sometidas a la aplicación de herbicidas para su posterior aprovechamiento ganadero. El uso de defoliantes tiene como consecuencia secundaria la muerte de miles de especies porque las lluvias arrastran los residuos a los acuíferos de la zona.
La cuenca alta del río Mao, tradicionalmente dedicada a la siembra de café, garantizaba la protección del ecosistema porque el café requería mantener la cubierta forestal. El café es un protector natural de las cuencas hidrográficas, pero de muy baja rentabilidad, por lo que una nueva agricultura instaurada por poderosos fue cambiando las plantaciones por cultivos menos perennes, como el limón persa; pero estas plantaciones no durarán mucho, aunque darán dinero, y al final, la tierra será arrasada.
Participación Ciudadana exige que las distintas autoridades ambientales cumplan con sus responsabilidades. En primer lugar, exigimos que el Ministerio Público rinda cuentas por sus actividades en la persecución y persecución de los depredadores de nuestros bosques y ríos, que se apliquen las sanciones que establece la Ley General de Medio Ambiente y Recursos Naturales. También exigimos al Ministerio del Ambiente que coloque inspectores en cada uno de los aserraderos existentes, con el objetivo de monitorear los troncos que ingresan y la madera que sale y compararlos con los permisos emitidos.
Cada uno de los permisos debe ser revisado, permitiendo aquellos que tiendan a un uso sostenible de la tierra y conduzcan a un crecimiento sostenible. Finalmente, la primera responsabilidad recae en el Presidente Luis Abinader Corona, quien debe manifestar su voluntad política en el tema, otorgando al Ministerio del Ambiente los recursos necesarios para lograr un control efectivo de la preservación de nuestro medio ambiente, evitando en todo caso la tala indiscriminada.