El racismo parece haber nacido en USA concomitantemente con su fundación.
El racismo exacerba el sentido de superioridad de un grupo étnico que deviene en discriminar o perseguir a otro u otros con los cuales se convive.
Y podría tener vertientes en la dirección que se analice, sobre todo en el asunto de los blancos discriminadores de negros, e incluyendo a los que sin ser blancos se creen con derecho para hacerlo, para discriminar a otros.
La palabra racismo designa también la doctrina antropológica o la ideología política basada en ese sentimiento, conforme decisión de la ONU en asamblea celebrada el 21 de diciembre de 1965.
En esa ocasión se acordó trabajar para eliminar todas las ‘formas de discriminación racial’ en el mundo. Y en eso estamos hoy día.
Veo con frecuencia cintas o películas hechas en USA donde se maneja el tema del racismo en la policía y en las fuerzas armadas de dicho país, aunque al final se alega que nada es verdadero. Pero todos sabemos que lo narrado es cierto.
El racismo parece haber nacido en USA concomitantemente con su fundación, pues todavía una gran parte de su población blanca y de sus líderes son acérrimos enemigos de los ciudadanos negros.
Pese a esto, los gobiernos de USA investigan, denuncian y hasta condenan a países donde ellos creen se odia, persigue, maltrata y discrimina a los negros.
Y uno de esos países es la República Dominicana, donde residen ilegalmente más de dos millones de haitianos.
Pero resulta que los ciudadanos del vecino país laboran aquí en áreas como la construcción, agrícola y servicios diversos, sin que hasta hoy ningún dominicano los rechace.
Y laboran sin presentar ni un carnet de identificación, sin pagar impuestos y sin probar quiénes son, lo que no ocurre en ningún otro país.
Además, los dominicanos somos mulatos en más de un 85 por ciento, mezcla de blancos y negros, e ingredientes de mestizos, asiáticos, árabes y judíos, aunque muchos busquen o relajen con eso de ‘mejorar la raza’ cuando se enamoran.
Los dominicanos, desde peloteros y otros migrantes a USA, sí que saben lo que es discriminación racial. La han vivido, sufrido y superado, para mejorar sus condiciones económicas y ayudar a su país y a sus familiares.
Aquí no hay discriminación racial, aunque algunas personas no quieran aceptar que ‘para los gustos se hicieron los colores’, y prosigan alegando falsedades.
¿Se ‘enredan’ en RD negras con blancos? Sí. ¿Se enamoran más los negros de blancas? Sí. ¿Es eso condenable? No.
Pienso que si los dominicanos rechazan a los haitianos no es por su color negro, sino por otras razones que vienen desde 1822, cuando invadieron nuestro territorio e impusieron costumbres muy diferentes a las nuestras.
Aquí tenemos haitianos, o hijos y nietos de haitianos en la Policía, en las FA, en el beisbol, en el atletismo, en el boxeo, en el karate y en prácticamente todas las actividades, sin que nadie los odie, rechace o ridiculice por ser negros.
Ciudadanos a quienes dominicanos les ‘hicieron papeles’ que les permitieron insertarse en RD, aunque nunca les haya interesado aprenderse las letras de nuestro Himno ni identificarse con los ideales de Duarte, Sánchez, Mella, Luperón y otros grandes patriotas quisqueyanos blancos y mulatos.
Al ciudadano dominicano que le impidan entrar a un bar, restaurant o club por su color, que no regrese más y punto.