Cuando se hace un té de una parte de una planta usted puede asegurar que estará bebiendo miles de sustancias químicas diferentes.
Por Humberto Contreras Vidal
Se conocen más de 30 millones de sustancias orgánicas (sustancias químicas que contienen carbono). En una sola especie de planta pueden haber más de 5,000 sustancias químicas orgánicas. Por tanto, cuando se hace un té de una parte de una planta (hojas, tallos, flores, raíces o frutos), usted puede asegurar que estará bebiendo miles de sustancias químicas diferentes.
Cuando vayamos a la farmacia usted estará comprando un fármaco que contiene una sola sustancia química. Esta sustancia se conoce como principio activo y viene mezclada con otras que se conocen como excipientes. En ocasiones, los excipientes están relacionados con los efectos secundarios de los fármacos.
El conocimiento de la acción farmacológica de una sola sustancia química requiere de años de investigación, por no decir, una o dos décadas. Esto es, un proceso que puede tardar entre 10 y 20 años. Nos referimos a la extracción y aislamiento de una sustancia a partir de una parte de una planta. Hacer un té, separar los miles de sustancias que tiene, aislar una sola, comprobar que esa sola sustancia tiene una acción farmacológica determinada, elucidarla -esto es describir su estructura química-; entre otros procesos, es lo que conlleva una o dos décadas.
No obstante, en este breve texto lo que interesa es destacar que el efecto farmacológico de una sustancia química está asociado con su cantidad. A la cantidad en química le llamamos concentración. Así, la concentración de las sustancias químicas en un té son cientos y miles de veces menores a la concentración de la misma sustancia que encontramos en un fármaco que se adquiere en la farmacia.
La concentración de las sustancias químicas en un té son cientos y miles de veces menores a la concentración de la misma sustancia que encontramos en un fármaco que se adquiere en la farmacia.
Por tanto, no se pueden esperar los mismos efectos farmacológicos de una sustancia contenida en un té, que la misma sustancia adquirida en una farmacia. Esto se debe a que la acción farmacológica del té está asociada a la acción conjunta de miles de sustancias que actúan juntas. A diferencia del fármaco de la farmacia que es una sola sustancia aislada o sintetizada la que tiene el principal efecto farmacológico.
En resumen, se quiere advertir o avisar, que debemos ser más cuidadosos cuando se decide preparar y beber un té desconocido. No debemos dejarnos llevar con facilidad de las informaciones que circulan en la internet y en distintas redes sociales. La toxicidad de algunas plantas puede causar daños permanentes en órganos y hasta la muerte con la toma de una sola taza de té muy concentrada.
Desde la química, podemos ver que cuando bebemos un té estamos bebiendo miles de sustancias químicas. Utilicemos sólo té que nuestra cultura popular conoce. O sustancias químicas, que la ciencia y el ejercicio ético de la medicina han demostrado que curan enfermedades.
¡Qué emocionante es vivir con la conciencia que te dan los conocimientos básicos de la Química!
El autor es doctor en ciencias químicas, residente en Santiago de los Caballeros. [email protected]