Sea un país, una monarquía, una nación, un colegio, una junta de vecinos, un club social o un equipo de amigos. Nunca es fácil dirigir entidades ante hombres y mujeres dueños de criterios, gustos y aspiraciones diferentes.
Por eso mucha gente no entiende por qué tantos aspiran a dirigir diferentes entidades, entre ellas las naciones, o cuáles ‘mecanismos’ aplicar para que se obedezcan y se progrese.
Unos afirman que lo hacen para ayudar a los demás a superar sus condiciones sociales, materiales, intelectuales y de salud.
Otros agregan razones que se ven hasta ‘bonitas’, necesarias e imprescindibles para una vida más sana de las mayorías.
¿Y por qué cuando llegan al poder cambian esas ideas?
Pues porque una cosa es con violín y otra es con bandoneón.
En nuestro país, como en USA, Rusia, China, Croacia, Italia, India, Alemania, España y dondequiera, no es fácil gobernar.
Entonces, los gobernantes o servidores públicos al ver tantos intereses de por medio, terminan haciendo lo que creen mejor, lo que permitan las circunstancias y los desafíos.
En República Dominicana tenemos hoy día problemas sanitarios, educativos, alimenticios, de inseguridad, desempleo, en el tránsito y hasta de drogas que cualquiera no le mete las manos. Y agrego el mayor: la migración de Haití.
Y como no se pueden atender todos por falta de dinero y de programas, deberíamos de admitir con sensatez que los gobernantes honestos hacen lo que se puede.
Otros sólo llegan para robar, hacerse de más mujeres, ampliar las carteras de familiares y amigos, y creer que nunca serán enjuiciados y condenados. ¡Hasta un día!
Pero dirigir no es fácil en ninguna parte del mundo, y más cuando dependemos de otros países, bancos y entidades.
Abril de 2023.