Destaca que las niñas que viven en entornos frágiles tienen el doble de probabilidad de contraer matrimonio durante su infancia que las de otros círculos.
Santo Domingo.-La disminución del matrimonio infantil, que se ha venido registrando durante la última década, se encuentra amenazada por las múltiples crisis actuales, incluyendo los conflictos, las perturbaciones climáticas y los efectos de la pandemia de COVID-19, según un nuevo análisis de UNICEF.
En República Dominicana, durante el período 2014-2019, las uniones tempranas de menores de 18 años se redujeron del 37% al 32%, siendo las niñas más pobres las más afectadas, con una disminución del 59% al 49%.
Sin embargo, la pandemia ha tenido efectos desconocidos en este sentido. A pesar de los avances realizados, todavía hay 640 millones de niñas y mujeres en todo el mundo que contrajeron matrimonio en la infancia. El porcentaje de mujeres jóvenes que contrajeron matrimonio siendo niñas ha disminuido del 21% al 19%,
Destaca que las niñas que viven en entornos frágiles tienen el doble de probabilidad de contraer matrimonio durante su infancia que las de otros círculos. Cada vez que las muertes ligadas a los conflictos se multiplican por 10 se producen un incremento del 7% en el número de matrimonios infantiles.
Además, Russell explica que los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático también ponen a las niñas en mayor situación de riesgo, ya que cada desviación del 10% en las precipitaciones se correlaciona con un aumento del 1% en la prevalencia del matrimonio infantil.
“Las niñas que contraen matrimonio durante la infancia sufren consecuencias inmediatas y de por vida. Tienen menos probabilidades de seguir asistiendo a la escuela y se enfrentan a un mayor riesgo de quedarse embarazadas precozmente, lo que a su vez aumenta la probabilidad de que tanto ellos como sus hijos sufran complicaciones de salud o mueran”, sostuvo.
Esta práctica, también, puede aislar a las niñas de sus familias y amigos, además de eliminarlas de participar en sus comunidades, una situación que tiene graves consecuencias para su salud mental y su bienestar”, dijo la doctora Rosa Elcarte, representante de UNICEF.
“En los últimos años, el país ha logrado importantes avances, siendo algunos ejemplos la prohibición del matrimonio infantil en 2021 y la aprobación de la Política sobre la Prevención y Atención de las Uniones Tempranas y el Embarazo en Adolescentes. Pero, las cifras siguen estando entre las más elevadas de Latinoamérica y está lejos de lograr la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, específicamente el #5”, dijo la doctora Rosa Elcarte, representante de UNICEF.
Elcarte, enfatizó en que “debemos redoblar los esfuerzos, hacer más y hacerlo mejor, y más rápido. La eliminación de las uniones tempranas requiere un alto compromiso institucional, articulación de todos los actores y respuestas coordinadas, sistémicas e integrales dirigidas a garantizar el mayor nivel de protección y de realización de los derechos de las niñas, los niños y adolescentes dominicanos”.
En consecuencia, según señala el nuevo documento, las niñas que viven en entornos frágiles tienen el doble de probabilidades de contraer matrimonio durante su infancia que las de otros círculos. Cada vez que las muertes ligadas a los conflictos se multiplican por 10 se produce un incremento del 7% en el número de matrimonios infantiles. Por otra parte, los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático también ponen a las niñas en una mayor situación de riesgo. De hecho, cada desviación del 10% en las precipitaciones es correlativa a un aumento de alrededor del 1% en la prevalencia del matrimonio infantil.
“Las niñas que contraen matrimonio durante la infancia sufren consecuencias inmediatas y de por vida. Tienen menos probabilidades de seguir asistiendo a la escuela y se enfrentan a un mayor riesgo de quedarse embarazadas precozmente, lo que a su vez aumenta la probabilidad de que tanto ellas como sus hijos sufran complicaciones de salud o mueran. Esta práctica, también, puede aislar a las niñas de sus familias y amigos, además de excluirlas de participar en sus comunidades, una situación que tiene graves consecuencias para su salud mental y su bienestar”, agregó la doctora.
El análisis advierte de que los valiosos avances logrados en la última década para poner fin al matrimonio infantil, de igual manera se están viendo amenazados —e incluso anulados— por los efectos persistentes de la COVID-19. Se calcula que la pandemia ya ha disminuido en una cuarta parte el número de matrimonios infantiles evitados desde el año 2020.
“Hemos demostrado que es posible avanzar hacia la erradicación del matrimonio infantil. Es necesario seguir dando un apoyo constante a las niñas y a las familias vulnerables. Debemos centrarnos en mantener a las niñas en las escuelas y asegurarnos de que tengan oportunidades económicas”, ha comentado Russell.