Si los dominicanos NUNCA hemos invadido ni intervenido en Haití…
Todos tenemos defectos y virtudes, gustos y disgustos, odios y amores, sueños y pesares.
Por esa simple razón no debería extrañar que los hombres y mujeres sean tan normales como anormales, tan cercanos como distantes, tan creyentes como incrédulos.
Dentro de estas particularidades humanas es que debemos ver y entender las razones de unos y otras, cuando se definen conceptos muy en boga hoy día.
Si los cubanos tienen a José Martí, Antonio Maceo y otros líderes como sus más grandes patriotas, ¿Por qué algunos critican que los dominicanos situemos en el mismo nivel a Duarte, Sánchez, Mella, Luperón y otros líderes superbos?
Si los rusos, chinos, norteamericanos, cubanos, panameños, venezolanos, colombianos, italianos, españoles, franceses, alemanes e iraníes sienten orgullo por sus territorios, ¿Por qué algunos critican aquí a los que se sienten dominicanos y aspiran a que se les respete su soberanía y territorio?
Si los dominicanos NUNCA hemos invadido ni intervenido en Haití, ni hemos ‘desmembrado’ sus presupuestos educativos y sanitarios, ni los hemos acusado de nada, ¿Por qué algunos locales se empecinan en criticar a los nacionalistas criollos?
Es mentira que ser nacionalista (amar su tierra, su gente, sus costumbres, sus comidas y sus ‘cosas’), es ser un perverso, un anti solidario o un antisocial. Es mentira.
Y así como los nacidos y criados en esos países sienten orgullo de sus territorios y costumbres, LOS DOMINICANOS NOS SENTIMOS ORGULLOSOS de ser como somos.
Y al carajo aquellos que pretendan cambiarnos, sin decir nunca a quiénes desearían que nos pareciéramos.
Los haitianos merecen toda la ayuda, asistencia y colaboración del mundo para resolver sus crisis, pero no solo la que podamos brindarles los dominicanos.
Y para los que se hacen los tontos, es bueno recordarles que los dominicanos de pura cepa pueden vivir, y bien vivir, en donde sea, y nunca se olvidan de este pedacito de tierra, de sus familiares y amigos, de ríos, playas, sol y luna, de ron y cerveza, de amores que nunca perecen.
3 de mayo de 2023.