El país más pobre de las Américas se enfrenta a zonas controladas por bandas armadas y sufre ataques y secuestros diarios
Haití se encuentra sumido en una escalada de violencia que ha cobrado la vida de más de 1.400 personas desde principios de año, según la estimación de Naciones Unidas.
El país más pobre de las Américas se enfrenta a zonas controladas por bandas armadas y sufre ataques y secuestros diarios. Tan solo en abril, más de 600 personas perdieron la vida en diferentes áreas de Puerto Príncipe, sumándose a otras 846 víctimas mortales en el primer trimestre.
Además, la oficina de la ONU en Haití registró 393 heridos y 395 casos de secuestro entre enero y marzo.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha calificado estas cifras como evidencia de una "espiral de violencia interminable" en Haití. Según él, todas las informaciones provenientes del país demuestran la escala del sufrimiento, y ha llamado a la comunidad internacional a proporcionar "apoyo urgente" a las debilitadas instituciones haitianas mediante un plan de acción global.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha calificado estas cifras como evidencia de una "espiral de violencia interminable" en Haití, recoge Europa Press.
La falta de instituciones sólidas y la ausencia de garantías mínimas de seguridad han dado lugar a un "preocupante" aumento de linchamientos a presuntos miembros de bandas criminales, con 164 muertes documentadas en abril.
Los haitianos están tomando la justicia por sus propias manos, lo que, según Turk, solo alimentará la espiral de violencia.
El Alto Comisionado advierte que el Estado tiene la obligación de proteger a sus ciudadanos, pero la realidad es que no tiene capacidad para responder.
Considera que ante la actual emergencia de derechos humanos, se requiere una respuesta contundente y urgente que aborde también las causas subyacentes de estas tensiones, como la extrema pobreza y la falta de servicios básicos, incluyendo agua, alimentación, atención sanitaria y vivienda.
Sostiene que la inacción está provocando un aumento en la violencia, tanto en su grado de extremidad como en su frecuencia, y permite que las bandas amplíen las áreas bajo su control.
Indica que barrios que antes se consideraban seguros en Puerto Príncipe, como Kenscoff y Pétion Ville, han visto un incremento en la presencia armada, al igual que el departamento de Artibonite.