HRW denuncia que la nueva política migratoria de Biden deja a los migrantes desprotegidos.

Los migrantes podrían pasarse meses solicitando su entrada en el país, amenazados por la violencia en la frontera mexicana

La organización Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que la nueva política migratoria anunciada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, representa un peligroso "reciclaje" de la era Trump y continúa representando una grave amenaza para la seguridad personal de los migrantes que esperan en la frontera sur con México.

 Aunque la nueva ley migratoria anula el Título 42, HRW argumenta que no aborda las consecuencias directas de la normativa anterior, dejando a los migrantes desprotegidos.

Según HRW, el nuevo sistema implementado por Biden impide la entrada de solicitantes de asilo en la frontera durante cinco años si no obtienen una cita a través de una aplicación electrónica. 

Sin embargo, la ONG sostiene que es casi imposible obtener dicha cita, ya que el cupo diario de admisiones es extremadamente limitado y se agota en cuestión de minutos. 

En general, el nuevo sistema se basa en la nociva presunción de que los solicitantes de asilo están incapacitados por defecto para ingresar al país.

El nuevo sistema se basa en la nociva presunción de que los solicitantes de asilo están incapacitados por defecto para ingresar al país, recoge Europa Press.

Muchos migrantes se encuentran en Ciudad Juárez, México, enfrentando temperaturas extremas y la presión de las fuerzas de seguridad mexicanas para abandonar los campamentos y trasladarse a albergues donde son vulnerables a los carteles, que los utilizan como esclavos o los secuestran para extorsionar a sus familias en sus países de origen, denuncia HRW.

Ari Sawyer, investigador de HRW, lamenta que a pesar de haber tenido dos años para planificar el fin del Título 42 y prometer una frontera humana, Biden ha adoptado políticas de Trump que han llevado a innumerables abusos contra inmigrantes, en su mayoría negros y latinoamericanos. 

La organización recuerda a Estados Unidos su obligación bajo el derecho internacional de respetar el principio de no devolución, que prohíbe devolver a una persona a un país donde corre el riesgo de persecución, tortura u otro daño irreparable.