La Fiscalía de Santiago ha presentado ante la solicitud de prisión preventiva como medida de coerción su contra.
Fue apresado un hombre y enviado a la Justicia que dirigía una red que reclutaba menores de edad en Haití y bajo la promesa de una mejor vida, los traía al país para luego obligarlos a mendigar en distintos puntos de Santiago, y lucrarse con lo recolectado por las victimas.
Santiago, República Dominicana – En un importante golpe contra el tráfico y trata de migrantes, las autoridades han capturado a un hombre acusado de dirigir una red que explotaba a menores de edad provenientes de Haití. El imputado, identificado como Franklin Agustín, fue presentado ante la Justicia el martes, y se ha solicitado su prisión preventiva.
La Fiscalía de Santiago ha presentado ante la Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente la solicitud de prisión preventiva como medida de coerción contra Franklin Agustín, quien enfrenta cargos por los delitos de tráfico y trata de migrantes, en particular de niños haitianos a quienes obligaba a mendigar para su beneficio económico.
El Departamento de Trata y Tráfico de Personas, encabezado por el fiscal Juan Osvaldo García, llevó a cabo una exhaustiva labor de inteligencia para desentrañar el modus operandi de la red, identificar a los implicados y recabar pruebas. Como resultado de esta investigación, se descubrió que Agustín era el presunto líder de la estructura delictiva.
La red reclutaba a menores de edad en Haití, prometiéndoles una vida mejor en la República Dominicana. Sin embargo, una vez en el país, estaban obligados a mendigar en diferentes puntos de Santiago, mientras los responsables lucraban con el dinero recolectado por las víctimas.
Durante la presentación de la solicitud de medidas de coerción, el Ministerio Público reveló la existencia de al menos seis víctimas, cuyas edades oscilaban entre los 9 y 15 años. Agustín les impuso una cuota diaria que simplemente recolectar mediante la mendicidad para pagar su alojamiento, comida y estancia en el país.
Las víctimas se vieron sometidas a amenazas y hostigamiento por parte del imputado, quien les entregaba un pedazo de cartón con un mensaje pidiendo dinero para comer, para darle un aspecto de necesidad. Estas condiciones extremas llevaron a una de las víctimas, un niño de 9 años, a sufrir un accidente al ser atropellado mientras mendigaba en una intersección de la ciudad. El imputado lo abandonó a su suerte, y el menor actualmente recibe atención médica debido a las graves lesiones sufridas.
El Ministerio Público destacó que la obligación de mendigar impuso a las víctimas no solo atenta contra su dignidad como seres humanos, sino que también las coloca en grave peligro y les priva de la oportunidad de recibir educación, desarrollarse y crecer de manera saludable. La mendicidad las convierte en dependientes de la buena voluntad de las personas, perpetuando su vulnerabilidad.