El mandatario dice que esto evita una situación que habría llevado a una recesión económica, el colapso de cuentas de jubilación y la pérdida de millones de empleos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha confirmado este domingo que la Casa Blanca ha alcanzado un acuerdo con el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, para aumentar el techo de la deuda durante un período de dos años.
En un comunicado emitido por la Casa Blanca, Biden señaló que este acuerdo es una buena noticia para el pueblo estadounidense, ya que evita el riesgo de un incumplimiento de pago catastrófico que habría llevado a una recesión económica, el colapso de cuentas de jubilación y la pérdida de millones de empleos.
Biden destacó que el acuerdo representa un compromiso y mencionó que en los próximos días los equipos de negociación finalizarán el texto legislativo, el cual será sometido a votación en la Cámara y el Senado, recoge Europa Press.
Este anuncio llega después de intensas conversaciones entre los equipos de Biden y McCarthy durante el sábado, cuando ya se había anunciado un principio de acuerdo tras una llamada entre ambos. El republicano instó a las partes a trabajar de cara a la votación del texto, que está programada para el miércoles.
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, había establecido el 5 de junio como fecha límite para la aprobación de la medida
"Votaremos por un acuerdo que limite la deuda, detenga el gasto imprudente de los demócratas, recupere los fondos de la COVID-19 no gastados, bloquee los nuevos esquemas fiscales de Biden y mucho, mucho más", precisó McCarthy anteriormente en su cuenta de Twitter.
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, había establecido el 5 de junio como fecha límite para la aprobación de la medida, por lo que la Cámara de Representantes está trabajando contrarreloj para dar su aprobación al texto y que sea firmado por Biden lo antes posible.
Yellen advirtió previamente que no llegar a un acuerdo sobre el límite de la deuda provocaría "una catástrofe económica y financiera" que desencadenaría una recesión global y amenazaría el liderazgo estadounidense.