Tres horas semanales de ejercicio en ese grupo facilita la realización de actividades diarias y mayor agilidad física.
Una nueva investigación publicada en 'Science Direct' respalda la efectividad del ejercicio físico para atenuar el deterioro físico asociado a la edad especialmente en residentes de edad avanzada
El estudio titulado 'Efectos del ejercicio físico sobre la función física en adultos mayores en atención residencial' revela que incluir rutinas de ejercicio físico en residencias mejora la calidad de vida de los mayores que residen en ellas, con tan solo tres horas semanales de actividad.
Hasta ahora, no se habían realizado investigaciones concluyentes sobre los beneficios físicos del ejercicio para las personas mayores que viven en residencias, ya que suelen presentar dependencia funcional y estar medicadas. Sin embargo, este nuevo estudio aborda esta brecha de conocimiento.
Los resultados indican que alrededor de tres horas semanales de ejercicio físico contribuyen a mejorar la calidad de vida de los mayores, facilitando la realización de actividades diarias y aumentando su agilidad física.
Además, el estudio sugiere que los beneficios del ejercicio se obtienen independientemente del tipo de actividad practicada, recoge Europa Press.
El catedrático de Fisiología del Ejercicio de la Universidad Europea, Alejandro Lucía, quien participó en la investigación, enfatiza que "no se le da la importancia que merece al ejercicio físico para las personas mayores que viven en residencias".
Sin embargo, indica que los resultados obtenidos demuestran claramente que, siempre y cuando se garantice un control médico adecuado, se deben implementar programas de ejercicio adaptados y sencillos en estas instituciones para que los mayores puedan beneficiarse de las ventajas del ejercicio.
El estudio se basó en la revisión de 147 investigaciones que incluyeron a más de 11,000 personas, con el objetivo de analizar los efectos de las intervenciones de ejercicio en la función física de mayores de 60 años que residen en residencias.
Además, se realizó un meta-análisis de las variables relacionadas con la función física, incluyendo 105 estudios con 7,759 participantes.
Estos hallazgos respaldan aún más la importancia de fomentar la actividad física en la población de edad avanzada que residen en residencias, lo que puede contribuir significativamente a mejorar su calidad de vida y bienestar general.
Es esencial que se promueva una mayor conciencia sobre los beneficios del ejercicio y se implementen programas adaptados en estas instituciones para brindar a los mayores la oportunidad de mantener una vida activa y saludable.