Solo anhelo una tierra más amada y protegida en donde todos convivamos armoniosamente.
Admiro a los grandes letrados, músicos, políticos, evangelistas, campesinos y obreros que laboran a diario por un mundo mejor para TODOS los humanos. Admiro las especias que tanto requerimos y las especies animales y del mar que tanto necesitamos para sobrevivir.
Admiro a los maestros y a los líderes, a los médicos e ingenieros que ejercen con decoro y dignidad sus profesiones.
Admiro a los de ‘abajo’ que luchan y trabajan por superar sus tristes condiciones sociales y económicas.
Admiro a los del ‘medio’ que anhelan vivir junto a los otros, en una equidistancia difícil de cumplir ‘porque somos humanos’.
Admiro a los de ‘arriba’ que con esfuerzo, sacrificios y tesón individual, logran superar escollos y ubicarse mejor que muchos, sin robar ni corromperse hasta el tuétano.
Rechazo a los de abajo, a los del medio y a los de arriba corrompidos en el trato, en el engaño, en la haraganería, en el desorden, en el despropósito o en el afán de hacerse ‘ricos’ a costa del trabajo de sus congéneres.
Rechazo a los que viven para hacer el mal a los demás, a los tacaños y miserables, a los que creen, organizan y patrocinan guerras, cuál si no tuvieran hijos, nietos o bisnietos.
Rechazo a los que no ríen y también a los que no lloran.
Rechazo a los que con altas cualidades educativas o con riquezas, maltratan, denigran y explotan a los menos instruidos y a deprimidos, sin compartir parte de lo logrado.
Rechazo los ‘imperios’ y a los que impiden que otros hablen, escriban y sustenten sus criterios sobre cualquiera de los temas abordados a diario por humanos.
Rechazo a los extremistas porque no hay nadie perfecto.
Por lo tanto, y ubicándome como el primer imbécil o ignorante del planeta, solo anhelo una tierra más amada y protegida en donde todos convivamos armoniosamente.
Junio de 2023.