De Austria a Italia esas agrupaciones han evolucionado, en unos casos ya están en el gobierno y en otros han amenazado con lograrlo.
La presencia y los avances de los partidos de extrema derecha en los gobiernos europeos han sido motivo de preocupación para la Unión Europea. A lo largo de las últimas dos décadas, estos partidos han ganado peso en varios países del bloque, incluso formando parte de los ejecutivos en algunos Estados miembros.
El inicio de estas preocupaciones se remonta al año 2000 en Austria, cuando se formó un gobierno de coalición que incluía a un partido ultraderechista. La UE respondió imponiendo sanciones al país.
Desde entonces, los partidos de extrema derecha han ido adquiriendo una mayor presencia en la escena política europea, especialmente tras la crisis de refugiados de 2015.
En Francia, el Frente Nacional, liderado por Jean-Marie Le Pen y luego por su hija Marine Le Pen, ha logrado avances significativos, llegando incluso a la segunda vuelta en las elecciones presidenciales de 2017 y 2022. Sin embargo, el cordón sanitario ha impedido su acceso al poder.
En Alemania, Alternativa para Alemania (AfD) ha obtenido representación en los parlamentos regionales, pero no ha formado parte de ningún gobierno. El partido se fundó en 2012 con una postura antieuropea y ha centrado su discurso en la oposición a la inmigración.
La presencia y los avances de la extrema derecha en los gobiernos europeos han generado preocupación y debate en la Unión Europea, ya que plantea desafíos para los valores y principios fundamentales del bloque.
Italia experimentó un hito en octubre pasado, cuando Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia (FDI), se convirtió en la primera jefa de gobierno de un partido ultraderechista en el país.
Hermanos de Italia es una formación heredera del fascismo y ha sido parte de coaliciones en el pasado, siguiendo los pasos de Silvio Berlusconi.
En Hungría, el partido Fidesz de Viktor Orban ha gobernado desde 2010 y ha llevado a cabo una serie de cambios que han sido objeto de críticas por parte de la UE.
Polonia también ha experimentado un giro hacia la derecha con el partido Ley y Justicia (PiS), que ha tomado medidas controvertidas en relación con la independencia judicial.
Otros países europeos, como Letonia, Finlandia, Portugal y Grecia, también han visto el surgimiento de partidos de extrema derecha en sus parlamentos y en algunos casos, han logrado influir en la gobernabilidad del país.
En general, la presencia y los avances de la extrema derecha en los gobiernos europeos han generado preocupación y debate en la Unión Europea, ya que plantea desafíos para los valores y principios fundamentales del bloque.
Más detalles en: Europa Press
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