Estos fenómenos inician con bajos niveles de vientos y crecen hasta ser capaces de poner en ascuas a cualquier comunidad, humana o no, grande o pequeña.
La temporada de ciclones ha sido anunciada recientemente porque históricamente en estos meses es que se desarrollan estos fenómenos meteorológicos. De hecho en el momento que se prepara este artículo están en curso dos sistemas meteorológicos: la Depresión Tropical No.4 y la tormenta tropical Bret, los cuales en su trayectoria amenazan a las dos Antillas en el Caribe, y pueden incluso alcanzar a Centroamérica, y a Norteamérica.
Estos fenómenos inician con bajos niveles de vientos, como los citados, y crecen hasta convertirse en poderosos huracanes capaces de poner en ascuas a cualquier comunidad, humana o no, grande o pequeña. Es decir que los ciclones pueden tener un impacto significativo en las áreas que atraviesan.
Los fuertes vientos, las lluvias torrenciales, las inundaciones y las marejadas ciclónicas pueden causar daños materiales, interrupciones en los servicios públicos, desplazamientos de población y, en casos extremos, pérdida de vidas humanas.
Por ello, la monitorización y el seguimiento de los ciclones son fundamentales para alertar y proteger a las poblaciones expuestas a estos fenómenos.
¿Pero qué tanto sabemos de estos fenómenos? Para lo que lo ignoran vamos dar un paseo para conocer las causas de los ciclones, sus categorías, cuando se producen, donde se producen y cómo giran según la regiones del mundo.
Empecemos describiendo que son los ciclones:
Los ciclones son sistemas atmosféricos de baja presión que se caracterizan por tener una circulación cerrada de vientos alrededor del centro. Estos fenómenos se caracterizan por vientos fuertes y lluvias intensas. Estos sistemas se forman sobre las regiones cálidas de los océanos tropicales y subtropicales.
Los ciclones tropicales se desarrollan a partir de una combinación de condiciones favorables, como aguas cálidas con una temperatura superior a los 26.5 °C, humedad atmosférica, aire inestable y vientos débiles en la vertical. Cuando estas condiciones se cumplen, el aire cálido y húmedo se eleva y comienza a girar en forma de espiral alrededor del centro de baja presión.
A medida que el ciclón se fortalece, los vientos pueden alcanzar velocidades muy altas y generar intensas lluvias, tormentas y marejadas.
Los ciclones pueden variar desde depresiones tropicales y tormentas tropicales hasta huracanes o tifones de gran intensidad como se describe a continuacion:
Causas de la formación de ciclones
Las principales causas de la formación de ciclones y huracanes son las siguientes:
Temperatura del agua: Los ciclones se forman sobre aguas cálidas, generalmente con temperaturas superiores a los 26 grados Celsius. El calor y la humedad del océano proporcionan la energía necesaria para alimentar estos sistemas.
Corrientes ascendentes: La interacción entre masas de aire frío y caliente genera corrientes ascendentes. Cuando el aire caliente se eleva, crea una zona de baja presión en la superficie, lo que favorece la formación de un ciclón.
Vientos débiles en la atmósfera superior: La presencia de vientos débiles en la atmósfera superior permite que las tormentas se desarrollen y se intensifiquen, ya que no hay un fuerte corte vertical del viento que pueda deshacerlas.
Etapas anteriores a la formación de un huracán
Antes de formarse un huracán los ciclones tropicales pasan por etapas anteriores en su formación y desarrollo. Aquí tienes información sobre cada una de ellas:
Depresión tropical: Es la etapa inicial en la formación de un ciclón tropical. Se caracteriza por tener una circulación cerrada de baja presión y vientos máximos sostenidos de hasta 61 km/h (38 mph). Las depresiones tropicales pueden generar lluvias intensas, pero su impacto suele ser menos significativo en comparación con tormentas tropicales y huracanes.
Tormenta tropical: Es la siguiente etapa después de la depresión tropical. Se caracteriza por un aumento en la organización de la circulación y vientos máximos sostenidos que van desde los 62 km/h (39 mph) hasta los 117 km/h (73 mph).
Las tormentas tropicales reciben un nombre específico de una lista predefinida. Pueden generar fuertes lluvias, ráfagas de viento y marejadas, lo que representa un mayor riesgo para la población y las zonas costeras.
Además de las depresiones tropicales y las tormentas tropicales, existen otros términos utilizados para describir fenómenos relacionados con los ciclones tropicales:
Onda tropical: Es una perturbación en la atmósfera que se desplaza de este a oeste sobre los océanos tropicales. Las ondas tropicales pueden ser precursoras de la formación de ciclones tropicales y están asociadas con áreas de lluvias y tormentas eléctricas.
Perturbación tropical: Es una zona de baja presión que puede desarrollarse en los trópicos, pero que aún no ha alcanzado la organización suficiente para ser clasificada como depresión tropical. Las perturbaciones tropicales suelen ser monitoreadas por los meteorólogos para determinar si pueden intensificarse en ciclones tropicales.
Es importante tener en cuenta que estos términos describen diferentes etapas en la evolución de un ciclón tropical, y su intensidad y potencial de impacto varían en cada etapa.
Los pronósticos y seguimientos meteorológicos se realizan para mantener a la población informada y tomar las medidas de precaución necesarias en caso de que se acerque un ciclón tropical.
Categorías de los huracanes
Un ciclón alcanza la categoría huracán luego de pasar por las anteriores etapas descritas. Para clasificarlos se utiliza la escala de huracanes Saffir-Simpson, según su velocidad máxima sostenida del viento.
Escala de huracanes Saffir-Simpson (para huracanes en el océano Atlántico y el noreste del océano Pacífico):
Categoría 1: Vientos de 119 a 153 km/h.
Categoría 2: Vientos de 154 a 177 km/h.
Categoría 3: Vientos de 178 a 208 km/h.
Categoría 4: Vientos de 209 a 251 km/h.
Categoría 5: Vientos superiores a 252 km/h.
Escala de intensidad de ciclones tropicales de Australia:
Ciclón de categoría 1: Vientos sostenidos de 63-88 km/h.
Ciclón de categoría 2: Vientos sostenidos de 89-117 km/h.
Ciclón de categoría 3: Vientos sostenidos de 118-159 km/h.
Ciclón de categoría 4: Vientos sostenidos de 160-200 km/h.
Ciclón de categoría 5: Vientos sostenidos de más de 200 km/h.
Escala de ciclones tropicales de la India:
Depresión ciclónica: Vientos sostenidos de hasta 61 km/h.
Tormenta ciclónica: Vientos sostenidos de 62-88 km/h.
Ciclón ciclónico severo: Vientos sostenidos de 89-117 km/h.
Súper ciclón: Vientos sostenidos de más de 117 km/h.
Es importante tener en cuenta que cada región utiliza escalas de intensidad propias para clasificar los ciclones según la velocidad de sus vientos. Las velocidades mencionadas son solo ejemplos y pueden variar ligeramente dependiendo del país o región específica.
La temporada de ciclones y huracanes varía según la región.
Los ciclones pueden presentarse en diferentes partes del mundo y reciben diferentes nombres según su ubicación geográfica. Por ejemplo, en el Océano Atlántico y el Pacífico noreste se les llama "huracanes", en el Pacífico noroeste se les llama "tifones", y en el Océano Índico y el suroeste del Pacífico se les llama "ciclones tropicales".
En el Atlántico y el Pacífico oriental, la temporada de huracanes se extiende generalmente del 1 de junio al 30 de noviembre, con mayor actividad entre agosto y octubre.
En el Pacífico noroccidental, como en el Mar de China Meridional, los tifones pueden ocurrir durante todo el año, pero son más comunes entre junio y diciembre.
Lugares de formación
Los ciclones y huracanes se forman principalmente en las áreas tropicales y subtropicales de los océanos Atlántico, Pacífico, Índico y el Mar de China Meridional.
Algunas de las regiones más propensas a la formación de estos sistemas incluyen el Golfo de México, el Caribe, la costa este de Estados Unidos, el suroeste del océano Índico y el sureste del Pacífico.
Giro de los ciclones
El giro de los ciclones y huracanes depende de la región del mundo en la que se forman. En el hemisferio norte, los sistemas giran en sentido contrario a las agujas del reloj (en sentido antihorario), mientras que en el hemisferio sur, giran en sentido horario (en sentido horario). Esta dirección de rotación está determinada por el efecto Coriolis, que es causado por la rotación de la tierra