Los estrategas del gobierno del cambio quieren ganar las próximas elecciones construyendo una supuesta narrativa de éxito.
Por José Francisco Peña Guaba
Las últimas gestiones gubernamentales han apostado a ganar terrenosembrando en el imaginario popular su relato, sus mentiras, porque desean venderle al pueblo que vivimos en una panacea, pero nada más inverosímil y cuasiestupido en estos momentos que esos, ya quela crisis económica y la inseguridad pública es el pan nuestro de cada día, en la casi totalidad de los hogares dominicanos.
Los modernos se montan en la ola de gastar miles de millones de pesos en encuestas, en bocinas, en el control de los medios de comunicación tradicionales y en un autentico ejército de bots, para competir con las acres críticas que contra el gobierno hace el pueblo a través de las muy utilizadas redes sociales.
Los estrategas del gobierno del cambio quieren ganar las próximas elecciones construyendo una supuesta narrativa de éxito de los modernos en el poder, sin embargo, pese a sus supuestos esfuerzos los resultados de los mismos son catastróficos.
La impericia oficialista la sentimos los dominicanos en los bolsillos, en una auténtica pérdida del valor del peso, en la carestía de todos los productos de la canasta básica, en el agiotismo y acaparamiento que hace la oligarquía, dueña de las cadenas de intermediación, en un espiral inflacionario que no para, porque lo que compras hoy, vas al día de mañana y es otro precio muy superior.
Estamos ante un gobierno verdaderamente indolente del hambre que se pasa en los barrios populares y ante el estrés constante por sobrevivir de la sufrida clase media.
Desde que llegaron los modernos al poder se ha duplicado el costo de los alimentos, de las medicinas, ni decir de los materiales eléctricos y de construcción, porque en ese sector hay renglones que se ha quintuplicado su precio, no hay un pobre que hoy haga un rancho, y así también la clase media profesional, que no puede hacerse de un apartamento por sus altos precios y por un financiamiento bancario oneroso, díganmelo a mi, que tome un préstamo hace siete años para comprar la casa en la que vivo, y he pagado mucho más de lo que me prestaron, y el capital como deuda se mantiene igualito.
Qué nos quieren vender los que hacen pingües negocios con el gobierno, los de medios de comunicación, los que hacen arregladas encuestas y lo que pagan un vulgar bocinaje que nos quieren cambiarlo que pensamos, sino lo que vivimos casi todos en esta expectante media isla.
Los muy bien pagados consultores extranjeros del gobierno, desean convencer a los electores que todo está bien, que tenemos un gobierno que piensa en el pueblo y cuyas acciones son solo para favorecerlo, cuando es todo lo contrario.
Estamos ante una administración que está al servicio total de los oligopolios, de la política imperial norteamericana, de los dictados de los supremacistas blancos que sólo representan étnicamente apenas un 7% de nuestra población y en eso en particular me identifico en gran parte con el discurso del Ing. Ramón Alburquerque, todo porque estamos ante un gobierno negador de lo que racial e ideológicamente representó José Francisco Peña Gómez.
La supuesta estabilidad macroeconómica de nuestra patria se ha construido en una falsa solidez, porque se ha hecho hipotecando el país, en un friolero carnaval de préstamos, en la administración Abinader las obras solo existen en proyectos rimbombantes anunciados o en las ayudas de miseria por lo insignificante que se le asigna económicamente a un beneficiario de los programas sociales estatales, que apenas le da para mal comer dos o tres días a una familia de cualquier barrio popular.
Todos los servicios públicos han colapsado, absolutamente todos, teníamos un 911 que era ejemplo de la asistencia ciudadana, y eso ya pasó a la historia, que decir de una gestión donde ha habido que esperar hasta meses para que los ciudadanos puedan obtener una simple libreta de pasaportes, dista mucho esto de la supuesta eficiencia que nos quiere vender los magos de la percepción electoral.
“Miente, miente, que algo queda o una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, es que los nuevos Joseph Goebbels buscan, el controlar con sus engañosos relatos la realidad diaria que nos arropa a los dominicanos.
Los supermercados son una verdadera casa del terror y los colmados son las filiales del infierno, el que va a comer a un buen restaurantetiene que comprometer un bien y el que llena el tanque de combustible de su vehículo, ahí dejo medio sueldo.
Las pacas de ropa salvan a los dominicanos de andar encueros, el que del pueblo quiere darse un traguito tiene que irse a un colmadón, porque ni pensar poner un pie en un bar o en una discoteca, lo de la electricidad ni para que lo hablamos, porque la factura nos llega a todos por las nubes y el que se enfermó, ¡ahí mismito se fuño!, y a la casa que le llegó una enfermedad catastrófica a uno de sus miembros, terminará ésta dejando en orfandad económica a los integrantes de la familia.
No hay quien escriba en la redes sociales cualquier crítica a los del cambio que no le salgan de inmediato un ejército de bots a responder, porque hasta creatividad le falta a esta gente, ya que debieran hacer los mismas de manera orgánica, pagándole a miles de compañeros perremeístas para que defiendan a rajatabla todo lo del gobierno.
Es por eso que como dice el buen amigo Guido Gómez Mazara en este gobierno esteticista, solo se invierte en tratar de construir percepción, es por eso la inmensa partida presupuestaria asignada para publicidad gubernamental.
Pero esta procesión seguirá su curso, porque los acaudalados estrategas del gobierno creen de verdad que se la están comiendo y que nuestros nacionales son todos tan tontos y que no tendremos capacidad crítica y analítica de examinar, lo que es realidad y lo que es simplemente ficción.
La realidad sí es, que para las elecciones venideras habrá una segunda vuelta electoral y lo quieran o no los del gobierno del cambio y sus muy bien pagados consultores, será inevitablemente presidente el que clasifique de la oposición, cosa que hasta las mismas sesgadas encuestas muestran de manera constante, que lo será el tres veces presidente, el culto y experimentado Leonel Fernández.