El sistema de aprendizaje automático permite obtener una descripción detallada de cada cuadro sin necesidad de intervención humana.
Un museo y un centro computacional españoles se han unido para desarrollar una inteligencia artificial capaz de reconocer el contenido y el contexto histórico e iconográfico de las pinturas.
Este sistema de aprendizaje automático permite obtener una descripción detallada de cada cuadro sin necesidad de intervención humana.
La colaboración entre el Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) y el Museo Nacional del Prado demuestra cómo la inteligencia artificial (IA) puede acercar el patrimonio cultural a la ciudadanía.
El proyecto FrAI Angelico tiene como objetivo facilitar el reconocimiento de objetos en las propias imágenes de las obras de arte.
Así lo explica Javier Pantoja, jefe del Área de Desarrollo Digital del Museo Nacional del Prado, que considera que el uso de la lectura aumentada, ayuda a los usuarios a comprender mejor los textos explicativos de las obras.
Además, indica que el proyecto busca apoyar el trabajo de documentalistas y especialistas en el reconocimiento y descripción de objetos, figuras y temas de las obras.
Para desarrollar el modelo de IA de detección de objetos, el BSC ha entrenado el sistema con descripciones de miles de cuadros. Esto permite analizar de manera precisa el contenido de las pinturas, incluso detectando detalles u objetos que pueden pasar desapercibidos para el ojo humano.
Si bien en la primera fase se analizarán 25 obras, el objetivo a largo plazo es realizar un análisis global de todo el fondo del Museo del Prado, que cuenta con más de 35.000 obras de arte, incluyendo una destacada colección de pinturas de artistas como Velázquez, Goya, El Greco, Rubens, Tiziano y Rafael, entre otros.
Este avance en la inteligencia artificial permitirá un análisis más profundo e enriquecedor de las obras de arte, acercando el patrimonio cultural a expertos, investigadores y al público en general.
El entrenamiento de los sistemas de reconocimiento de objetos se realiza utilizando imágenes que representan diferentes elementos de nuestro entorno. Una vez que se han entrenado, estos modelos de IA pueden detectar nuevas formas e interpretarlas en su contexto temporal.
Superar ese desafío ha sido uno de los principales objetivos del proyecto, ya que los sistemas anteriores entrenados en un contexto específico cometían errores de interpretación al enfrentarse a entornos diferentes, llegando incluso a identificar teléfonos móviles o bates de béisbol en pinturas de los siglos XVI o XVII.
Además de identificar objetos anacrónicos, los nuevos modelos de IA también son capaces de reconocer objetos comunes en representaciones pictóricas del pasado, como calaveras, coronas de espinas, ángeles o demonios.
Sin embargo, el siguiente reto consiste en enseñar a estos sistemas de IA a interpretar conceptos abstractos presentes en la pintura clásica europea, por ejemplo, entender que la representación de dos cuerpos desnudos junto a un ángel probablemente represente a Adán y Eva, o que una paloma acompañada de un ángel y una persona indique la presencia del Espíritu Santo.
Este avance en la inteligencia artificial permitirá un análisis más profundo e enriquecedor de las obras de arte, acercando el patrimonio cultural a expertos, investigadores y al público en general.
“Con el proyecto FrAI Angelico buscamos también provocar una reflexión sobre el potencial de la IA para reconocer el pasado, la cultura o los símbolos”, asegura Joaquim Moré, investigador del BSC.
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