Podemos asegurar que el sexo de una persona se puede identificar químicamente mediante la cuantificación de las hormonas.
Por Humberto Contreras Vidal
Entre otras funciones, los testículos producen un tipo de hormona que se conoce como testosterona, mientras que los ovarios producen estrógenos. Los testículos son los órganos principales del aparato reproductor masculino, y los ovarios lo son del aparato reproductor femenino.
Así, podemos asegurar que el sexo de una persona se puede identificar químicamente mediante la cuantificación de las hormonas. Una mayor producción de testosterona implica testículos, en consecuencia, estamos hablando del sexo masculino (de un hombre). Una mayor producción de estrógenos implica ovarios, esto es, estamos en presencia del sexo femenino (de una mujer).
Las hormonas son sustancias químicas que actúan como mensajeros entre diferentes partes del cuerpo. Por ejemplo, la hormona insulina hace posible que el azúcar (glucosa) mantenga niveles (concentraciones) controlados en la sangre; las hormonas sexuales (testosterona y estrógenos) no solamente intervienen en la reproducción humana y las características físicas de hombres y mujeres, también han sido vinculadas con el comportamiento humano.
Aunque el comportamiento humano se ha descrito como dependiente de múltiples factores (culturales, genéticos, sociales, psicológicos…), en este breve texto interesa asociar el comportamiento humano con sustancias químicas específicas (testosterona y estrógenos) ya que está comprobado científicamente que los cambios hormonales alteran el comportamiento de las personas.
Las hormonas sexuales (testosterona y estrógenos) no solamente intervienen en la reproducción humana y las características físicas de hombres y mujeres, también han sido vinculadas con el comportamiento humano.
Algunos investigadores de medicina psiquiátrica atribuyen a los altos niveles de estrógenos mayores capacidades para expresar emociones. Mayores habilidades para socializar, comunicar ideas, ser creativos y tendencia a cuidar de los demás. Estos comportamientos hacen que quienes son portadores mayoritarios de estrógenos (mujeres), sean seres ideales para sobrellevar el desarrollo y crecimiento de los hijos. Y todo ello, se reitera, es justificado en parte, porque las mujeres son portadoras de mayores cantidades de estrógenos en sus cuerpos.
Por otro lado, los mayores niveles de testosterona en el hombre están asociados con la tendencia de los mismos a mostrar mayor agresividad. Mayor disposición a asumir riesgos, y también, menor capacidad de expresar sus emociones; dicho de otra forma, tienen mayor tendencia a ocultar sus emociones.
Sin embargo, en la naturaleza nada es estático (nada está inmóvil), todo va cambiando y con el aumento de la edad, en las personas también hay cambios hormonales. Con el incremento de la edad, la mujer disminuye la producción de estrógenos. El hombre disminuye la producción de testosterona, y también, parte de su testosterona se convierte en estrógeno. Así, el hombre mientras envejece disminuye la testosterona y aumenta los niveles de estrógenos en su cuerpo. Lo cual explicaría, conforme algunos psiquiatras, porqué los abuelos tienden a ser más permisivos (apoyadores) y tolerantes con sus nietos. Y también, porqué la mujer cambia su humor a medida envejece.
En síntesis, lo producción en mayor proporción de una hormona específica es un indicador químico del sexo de un ser humano (hombre o mujer). A medida que el hombre envejece se hace más femenino (aumenta la producción de estrógenos), por el contrario; a medida que la mujer envejece se hace menos femenina (disminuye su producción de estrógenos).
¡Qué emocionante es vivir con la conciencia que te dan los conocimientos básicos de la Química!
El autor es doctor en ciencias químicas, residente en Santiago de los Caballeros. [email protected]