Ravelo, integrante de una de las familias cuyo apellido "saben a Licey", dio detalles de su llegada, desarrollo y aportes a la gerencia del equipo azul
SANTO DOMINGO .- Con el aval de siete finales y cuatro campeonatos como gerente general, Fernando Ravelo ha escrito una de las innumerables páginas gloriosas de los Tigres del Licey.
Y lo ha hecho desde un puesto clave al que accedió más por casualidad que por causalidad sin el antecedente de haber jugado pelota a nivel profesional.
"No hay dinero para pagar a los peloteros" y "el dinero en el Licey es para ganar campeonatos", fueron dos de las citas que se extraen de su participación en el Podcast del Licey que está disponible en la página de YouTube de los campeones nacionales y del caribe y en la cual respondió preguntas de Ildefonso Ureña.
Ravelo, integrante de una de las familias cuyo apellido "saben a Licey", dio detalles de su llegada, desarrollo y aportes a la gerencia del equipo azul con la cual todavía colabora como se demostró en la pasada Serie del Caribe en la cual asumió el cargo de manera interina.
Dijo que por más que se le pueda pagar a un jugador con experiencia de Grandes Ligas, lo que ganan aquí se lo llevan en una semana del salario mínimo en las Ligas Mayores.
"Tuve la dicha de que me tocó una generación de peloteros que se integraron de una gran forma. Ronnie Belliard, D’Angelo Jiménez, Manny Martínez, Luis Castillo…", agregó.
Recordó que durante su gestión se empezó a pensar un poco más en el jugador, en hacerle más cómoda su estadía con el club, mejorar sus condiciones, sus indumentarias, etc.
"En la pelota dominicana se gana con el núcleo de peloteros nativos que tengas, que estén saludables y que se puedan utilizar en las distintas etapas de la temporada", sentenció.
Fue el entonces presidente del club, Miguel Hedded, a finales de la década de 1990, quien lo propone, junto a Miguel Guerra, para que se integren a la directiva del Licey. Lo hicieron como enlaces entre el gerente general Rafael Landestoy y la directiva. Al salir Landestoy se barajaron opciones y el destino colocó el puesto sus manos.
Tras una temporada sin clasificar, en la cual encontró ya contratados al manager y los refuerzos, y ante la duda de los directivos, Ravelo -tras una seria conversación con Hedded- continua en el cargo con el apellido "interino".
La campaña siguiente se saldó con el campeonato lo que dio inició a uno de los períodos más éxitosos en la historia con cuatro campeonatos en siete finales.
"Lo más difícil es despedir a alguien o tener que cambiar a un jugador al que se le tiene cariño, pero que por la necesidad del equipo debe salir", señaló.
Ravelo compartió anécdotas de su paso por la gerencia azul, así como la estrecha amistad que pudo forjar con algunos de los peloteros con los que le tocó trabajar.