Los jóvenes están desafiando los modelos de desarrollo impuestos desde arriba.
Buenos Aires – En América Latina, los jóvenes ambientalistas están desempeñando un papel crucial en la construcción de un futuro sostenible en la región. Desde El Impenetrable en Argentina hasta los páramos de Colombia y las playas de Puerto Rico, estos jóvenes defensores del medio ambiente están desafiando los modelos de desarrollo impuestos desde arriba y luchando por un mañana en el que la naturaleza sea valorada y protegida.
En El Impenetrable, en la provincia argentina de Chaco, la comunidad indígena que está resistiendo el avance de la deforestación y el agro negocio en su territorio ancestral. A pesar de que los desmontes son ilegales desde fines de 2020, Chaco fue la segunda provincia más deforestada en 2022, perdiendo más de 36,000 hectáreas de bosque nativo. Para los que el monte es algo más que una fuente de sustento, es un ser viviente al que considerando igual que ellos mismos. El acuerdo entre el gobierno provincial y una empresa china para instalar megagranjas porcinas en las tierras comunitarias de El Espinillo ha generado preocupación y protestas por parte de la comunidad. Estos jóvenes ambientalistas están luchando por proteger su territorio y su forma de vida, exigiendo una consulta previa e informada de acuerdo con el Convenio 169 de la OIT.
En Paraguay, la extranjerización y concentración de la tierra han sido problemas históricos. Los jóvenes activistas denuncian desalojos masivos, contaminación y deforestación causada por los monocultivos transgénicos de empresas extranjeras. La Región Oriental del país ha experimentado un cambio drástico debido a la expansión de la agricultura industrial, a pesar de la supuesta ley de deforestación cero. Los jóvenes, como Emiliano González, coordinador de la Juventud Paraguay Pyahura, son hijos de la Federación Nacional Campesina y están comprometidos en la lucha por la tierra. Han logrado frenar algunos proyectos destructivos, pero siguen enfrentando desafíos, incluida la criminalización de la lucha por la tierra a través de la ley Zavala-Riera. Estos jóvenes creen que su generación debe ser protagonista para evitar un futuro desalentador.
En Colombia, los defensores ambientales se enfrentan a la violencia y la persecución mientras luchan por proteger el agua y los territorios amenazados por petroleras y mineras. Según Luisa Acuña, trabajadora social y activista, muchos líderes ambientales han sido asesinados y otros se han visto obligados a huir debido a las amenazas. La invisibilización de las comunidades que habitan estos territorios es una de las principales causas de los conflictos socioambientales en el país. Los jóvenes ambientalistas, como Juan Camilo Sarmiento, abogado, creen en el poder de los movimientos sociales para marcar la diferencia y defender el agua. En particular, destacan la lucha por la protección del Páramo de Santurbán, un ecosistema vital que abastece a millones de personas. Aunque han logrado frenar algunos proyectos mineros en la zona, la lucha continúa,
En Puerto Rico, la central térmica de AES en Guayama genera toneladas de cenizas de carbón altamente contaminantes cada. Mabette Colón y la Comunidad Guayamesa Unidos por tu Salud denuncian los impactos negativos en la salud de la población y el medio ambiente. Mientras AES promete una rápida transición a la energía solar, las comunidades locales abogan por un cambio hacia la energía renovable que no perjudique sus territorios y medios de vida. Aunque se han logrado algunas victorias en la lucha contra la central térmica, el cierre completo y la mitigación de los daños causados por AES aún están pendientes.
Estos jóvenes ambientalistas de América Latina reclaman participación en la toma de decisiones y exigen herramientas para construir un futuro sostenible. Proponen la participación activa de los jóvenes y movimientos sociales en la construcción colectiva de soluciones. También abogan por inversiones en educación, ciencia y tecnología, así como por la transición hacia formas de energía más limpias y renovables. Estos jóvenes están dispuestos a enfrentar los desafíos y sacrificios necesarios para lograr un mundo mejor para ellos y las generaciones futuras.
Texto original: El futuro de América Latina se construye en los territorios