Las principales causas citadas son la pandemia de covid-19, el cambio climático y los conflictos, incluida la guerra en Ucrania.
ROMA.- En un informe publicado el miércoles 12, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y otras cuatro agencias de las Naciones Unidas revelaron cifras alarmantes sobre el hambre en el mundo. Según el informe "El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo" de 2023, establece que actualmente hay 735 millones de personas que padecen hambre, lo que representa un aumento de 122 millones en comparación con hace cuatro años.
El informe que recoge la agencia IPS desde Roma destaca que el objetivo de eliminar el hambre hacia el año 2030, establecido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, parece inalcanzable en las condiciones actuales. Las principales causas citadas son la pandemia de covid-19, los efectos del cambio climático y los conflictos, incluida la guerra en Ucrania.
Aunque las cifras globales de hambre se han mantenido relativamente estables entre 2021 y 2022, se observa un aumento de las crisis alimentarias en muchas partes del mundo. Mientras hubo progresos en la reducción del hambre en Asia y América Latina durante 2022, la situación empeoró en Asia occidental, el Caribe y todas las regiones de África.
África continúa siendo el continente más afectado, con una de cada cinco personas padeciendo hambre, más del doble del promedio mundial. El informe fue elaborado por la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Las advertencias advierten que, si las tendencias actuales no cambian, se estima que casi 600 millones de personas seguirán padeciendo hambre en 2030. En 2022, el lapso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados en 2015, alrededor del 29,6% de la población mundial, es decir, 2400 millones de personas, no tenía acceso constante a los alimentos. De ellas, 900 millones enfrentaron una situación de inseguridad alimentaria grave.
Además del hambre, el informe destaca el deterioro de la capacidad de las personas para acceder a dietas saludables en todo el mundo. Más de 3100 millones de personas, es decir, el 42% de la población mundial, no podría permitirse una dieta saludable en 2021, lo que representa un aumento de 134 millones de personas en comparación con 2019.
En cuanto a la malnutrición infantil, en 2022 se reportó que 148 millones de niños menores de cinco años (22,3%) sufrían retraso en el crecimiento, 45 millones (6,8%) padecían emaciación (bajo peso para la altura) y 37 millones (5,6%) tenían sobrepeso.
El informe destaca que la prevalencia del sobrepeso infantil corre el riesgo de aumentar, ya que el consumo de alimentos altamente procesados y fuera del hogar está en aumento, extendiéndose desde las zonas urbanas hacia las áreas periurbanas y rurales.
Las sugerencias enfatizan la necesidad de transformar los sistemas agroalimentarios y redoblar los esfuerzos para alcanzar los objetivos de desarrollo. Además, se subraya la importancia de comprender el impacto de la creciente urbanización, ya que se estima que para 2050, casi siete de cada diez personas vivirán en ciudades.
Aunque la relación entre las zonas rurales y urbanas sigue siendo desigual, el informe muestra una disminución de la brecha de género en relación con la inseguridad alimentaria. Sin embargo, se insiste en que se requiere una gobernanza de los sistemas agroalimentarios que trascienda los límites sectoriales y administrativos, apoyándose en los gobiernos locales y subnacionales para implementar políticas efectivas y asegurar el acceso a dietas saludables y asequibles para todos.
Ante la creciente crisis del hambre en el mundo, este informe advierte sobre la urgente necesidad de tomar medidas concretas y colaborativas para abordar este desafío global y garantizar el derecho humano fundamental de cada persona a una alimentación adecuada.