Líderes de America Latina y el Caribe acuden a la cita en Bruselas.
BRUSELAS.- Los Líderes de la Unión Europea y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) se reunirán en Bruselas para revivir una asociación estratégica que ha sido descuidada en los últimos años. La cumbre, que se celebrará durante dos días, estaba destinada a ser un escenario de sintonía política, económica y comercial, pero existe el riesgo de que quede ensombrecida por diferencias fundamentales, especialmente en lo que respeta al acuerdo comercial entre la UE y Mercosur.
Este encuentro, al que asistirá el presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, y otros líderes de América Latina y el Caribe, no es un lugar para negociaciones comerciales, sino un foro dinámico destinado a fomentar encuentros bilaterales entre mandatarios y a ser un catalizador para el desarrollo de proyectos e inversiones que impulsan la transición digital y ecológica.
Antes de la cumbre, se llevará a cabo un foro empresarial en el que participarán empresas de ambos lados del océano, incluidas varias empresas españolas como Iberdrola, Telefónica e Hispasat. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, inaugurarán el evento.
La tercera cumbre UE-CELAC de la historia se produce en un momento en que la influencia de China y Rusia en América Latina preocupa a Europa. Aunque la UE sigue siendo el principal socio inversor en la región, busca estrechar los lazos para reducir su dependencia energética y de materias primas, especialmente después de las tensiones surgidas tras la invasión rusa de Ucrania.
En este contexto, la cumbre en Bruselas será el escenario para la firma de nuevos acuerdos energéticos con Argentina y Uruguay, así como de acuerdos sobre materias primas críticas con Chile, según fuentes comunitarias. Sin embargo, también se evaluará el progreso de los acuerdos comerciales fundamentales que la UE esperaba cerrar en este semestre, aprovechando la presidencia española del Consejo de la UE, pero que aún no han avanzado lo suficiente.
A pesar de los esfuerzos para modernizar las relaciones con Chile y México, solo el pacto político y comercial con Chile parece estar en la etapa final y se espera que se concluya antes de que termine el año. El proceso con México no está tan avanzado, y aunque se mantiene la voluntad de cerrarlo en 2023, el acuerdo aún no está maduro.
Las dificultades para avanzar en el acuerdo entre la UE y Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), que fue anunciado en 2019 después de dos décadas de negociaciones pero que ha estado estancado desde entonces, empañan la cumbre eurolatinoamericana y complican la redacción de la declaración final.
España esperaba anunciar el desbloqueo del acuerdo durante su presidencia europea, y Bruselas insiste en que existe una "ventana de oportunidad" histórica para sellar esta relación comercial, sin posibilidad de "reabrir" el acuerdo, pero con salvaguardias adicionales en materia medioambiental que no han sido bien recibido por los países del Mercosur, ni tampoco convencieron a Francia y Austria, quienes tradicionalmente se oponen al pacto.
- A la espera de la respuesta del bloque del Mercosur a la última propuesta europea para salvar el acuerdo en las próximas semanas, Lula calificó el documento comunitario como "inaceptable" y criticó que los socios estratégicos no deben negociar violentamente en la desconfianza y la amenaza de sanciones. Además, los países del Mercosur no aceptarán seguir desempeñando el eterno papel de exportadores de materias primas, minerales y petróleo.
Por otro lado, Francia considera indispensable que el mecanismo que la UE intente consensuar con Mercosur contra la deforestación y con compromisos ambientales adicionales incluyan "cláusulas espejo" para garantizar que los productores de la región que exporten a Europa bajo el marco del nuevo acuerdo cumplan con los mismos estándares extremadamente altos a los agricultores y ganaderos europeos. El gobierno francés deja claro que mantendrá su reserva para la conclusión del acuerdo con Mercosur mientras no se cumplan estas condiciones.