Resaltó que el 2020 fue el peor de los últimos 50 años a causa de la terrible pandemia del coronavirus (Covid-19) que azotó el mundo.
SANTO DOMINGO.- La directora ejecutiva y presidenta de la Fundación Ciencia y Arte, doctora Jacqueline Boin, afirmó que la economía dominicana, salvo algunos períodos excepcionales, ha venido creciendo de manera sostenida desde 1980, pero explicó que ese crecimiento no se ha traducido en un verdadero desarrollo beneficio de la mayoría de la población.
La doctora Boin, experta en ciencias económicas y egresada de la Universidad de París, destacó que a lo largo de los últimos 50 años, la economía dominicana solo se ha contraído a tasas negativas en cuatro ocasiones: en 1985 con un 2.1 %, en 1990 con un 5.5 %, en 2003 con un 1.9 % y en 2020 con un 6.0 %. Precisó que durante estos períodos de contracción, los sectores más afectados fueron el turismo, la construcción, la manufactura y la minería.
La economista resaltó que el año 2020 fue particularmente adverso para la economía dominicana debido a la impactante pandemia del coronavirus (Covid-19) que afectó al mundo entero.
Boin, quien también fue profesora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y coautora junto al doctor José Serulle de varios libros sobre economía, expresó su preocupación por la distribución desigual de la riqueza generada por el crecimiento económico en el país. Esta situación, según sus observaciones, ha generado grandes desigualdades sociales y niveles de pobreza en la sociedad dominicana.
En su exposición, la economista hizo hincapié en que las políticas sociales y los programas de mitigación de la pobreza no son suficientes para abordar los problemas fundamentales. Afirmó que el Estado invierte una proporción insuficiente del presupuesto en obras sociales y, en algunos casos, esta inversión resulta en un déficit presupuestario.
Asimismo, criticó la privatización de la educación, que ha restringido el acceso universal a este servicio tan esencial y ha violado los derechos de educación de la población.
La preocupación de la doctora Boin también se extendió al impacto negativo del crecimiento económico en el medio ambiente y en los recursos naturales del país, así como en el hábitat de los ciudadanos.
En sus conclusiones, Jacqueline Boin enfatizó la necesidad de una acción transformadora e integral para lograr un desarrollo auténtico y global de la economía nacional. Hizo un llamado a iniciar un proceso de cambios que permita pasar de un crecimiento unilateral a un desarrollo integral que beneficie a toda la población y proteja los recursos naturales del país.