El nombramiento ha sido anunciado en un mensaje leído por la cadena de radiotelevisión nacional.
MADRID, 28 Jul. (EUROPA PRESS) – El jefe de la Guardia Presidencial de Níger, Abdourahmane Tchiani, ha sido nombrado este viernes como líder de la junta militar instaurada tras el golpe de Estado del miércoles, que derivó en la destitución del hasta ahora mandatario, Mohamed Bazoum, quien continúa retenido por los sublevados en la sede del Palacio Presidencial en la capital, Niamey.
El nombramiento ha sido anunciado en un mensaje leído por la cadena de radiotelevisión nacional, tras dos días de especulaciones sobre el papel del jefe de la Guardia Presidencial, quien ocupaba el cargo desde 2011, cuando fue nombrado por el predecesor de Bazoum, Mohamadou Issoufou.
El propio Tchiani ha defendido durante su comparecencia las acciones de los amotinados, que a primera hora del miércoles bloquearon los accesos al Palacio Presidencial antes de anunciar el cese de Bazoum, la disolución de la Constitución y el cierre de las fronteras del país, según ha recogido el portal nigerino de noticias ActuNiger.
Horas después, el Estado Mayor del Ejército de Níger afirmó que "suscribe" la decisión adoptada por la junta creada por los sublevados bajo el nombre de Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria (CNSP) para "preservar la integridad física del presidente y de su familia, evitar un enfrentamiento mortal entre las diferentes fuerzas que derive en un baño de sangre y garantizar la seguridad de la población y la cohesión en el seno de las Fuerzas de Defensa y Seguridad".
Estas acciones han provocado una catarata de condenas por parte de la comunidad internacional –Naciones Unidas, la Unión Africana (UA), la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), la Unión Europea (UE) y países como Estados Unidos, España y Francia–, que han reclamado la liberación de Bazoum y la conservación del orden constitucional.
Níger es un aliado clave de varios países occidentales, incluidos Estados Unidos y Francia, en la lucha contra el yihadismo en África Occidental y hasta ahora ha logrado evitar la inestabilidad política que ha afectado a otros países de la región por la inseguridad. Burkina Faso, Malí y Chad se han visto afectados por diversas asonadas, varias de ellas por el descontento entre los militares por la lucha contra el terrorismo.
El país hace frente a la amenaza terrorista en el oeste por parte de la rama de Al Qaeda en Malí, el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), y Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS). Asimismo, la región de Diffa, bañada por el lago Chad, es escenario de ataques con relativa frecuencia por parte de Boko Haram y de su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA).