Las abejas se originaron en regiones áridas del oeste de Gondwana
Los científicos han develado el misterio del origen de las abejas y han concluido en un estudio que estas son decenas de millones de años más antiguo que la mayoría de estimaciones anteriores y que tuvo lugar en un antiguo supercontinente.
El equipo dirigido por investigadores de la Universidad Estatal de Washington (WSU) rastreó la genealogía de las abejas hace más de 120 millones de años hasta Gondwana, que incluía los continentes actuales de África y América del Sur.
Como resultado del estudio los investigadores proponen una nueva historia evolutiva de las abejas, tras encontrar evidencia de que las abejas se originaron antes, se diversificaron más rápido y se extendieron más de lo que muchos científicos sospechaban anteriormente.
La investigación fue publicada en la revista Current Biology cuyos detalles recoge la agencia Europa Press.
El equipo de investigadores utilizó una amplia secuencia genómica de más de 200 especies de abejas y 185 fósiles para trazar la historia evolutiva y distribución geográfica de las abejas.
Las abejas se originaron en regiones áridas del oeste de Gondwana durante el período Cretácico temprano y se movieron hacia el norte con la formación de nuevos continentes, diversificándose y propagándose junto con las angiospermas.
El equipo de investigadores utilizó una amplia secuencia genómica de más de 200 especies de abejas y 185 fósiles para trazar la historia evolutiva y distribución geográfica de las abejas.
Este estudio proporciona evidencia estadística de que todas las principales familias de abejas se separaron hace unos 65 millones de años, en el período Terciario, cuando se extinguieron los dinosaurios.
La riqueza de flora en las regiones tropicales del hemisferio occidental se debe en gran parte a la larga asociación con las abejas, que polinizan una cuarta parte de todas las plantas con flores, incluidas las rosáceas.
El equipo planea seguir investigando la genética y la historia de más especies de abejas para comprender mejor su evolución y cómo llenan sus nichos ecológicos en la actualidad. Este conocimiento ayudará a conservar y mantener saludables a las poblaciones de polinizadores.