Ambas respuestas pueden llevar a la adquisición de comportamiento hostil a través de procesos de aprendizaje.
Investigadores del Grupo de Investigación Individual Differences Lab (IDLab) de la Universidad de Barcelona (UBneuro) han confirmado por primera vez que las personas con tendencias agresivas y psicopáticas adoptan comportamientos hostiles de forma rápida y les cuesta abandonarlos cuando ya no son adaptativos.
El estudio, publicado en 'Translational Psychiatry', aplicó un modelo matemático a una tarea que mide respuestas hostiles explícitas para identificar los mecanismos cognitivos relevantes en la adquisición de estas respuestas, recoge Europa Press.
El trabajo involucró a 256 voluntarios y evaluó aspectos relacionados con agresión, hostilidad, recompensa y castigo, contando con la participación de expertos de universidades en Alemania y Países Bajos.
Este descubrimiento desafía la idea de que agresión y psicopatía se caracterizan por mecanismos distintos.
El hallazgo más sorprendente fue encontrar el mismo patrón tanto en personas con alta agresividad impulsiva como en aquellas con alta psicopatía caracterizada por conducta antisocial más controlada.
Este descubrimiento desafía la idea de que agresión y psicopatía se caracterizan por mecanismos distintos. Ambos pueden llevar a la adquisición de comportamiento hostil a través de procesos de aprendizaje.
En consecuencia, los tratamientos que funcionan para personas con psicopatía, como el entrenamiento en regulación emocional, podrían ser útiles para aquellos con problemas de gestión de la ira. Sin embargo, se necesitan más estudios en muestras clínicas para confirmar esto.