Han sido tres años de mucho esfuerzo, mucho sacrificio y mucho trabajo, para sacar el país del hoyo en que lo encontró.
Lo he dicho otras veces: la reelección del presidente Luís Abinader es un hecho. Nada lo impide ni lo impedirá. Por el contrario, todas las condiciones, objetivas y subjetivas, nacionales e internacionales, están dadas para que Luís Abinader extienda su mandato cuatro años más, como lo permite la Constitución de la República.
En los próximos días, no tengo dudas, el mandatario le anunciará al país la decisión de inscribir su candidatura, respaldada por la mayoría de los dirigentes y simpatizantes del Partido Revolucionario Moderno, y por el pueblo, que lo ha visto trabajar incansablemente en la solución de los problemas que encontró cuando asumió el cargo.
Han sido tres años de mucho esfuerzo, mucho sacrificio y mucho trabajo, para sacar el país del hoyo en que lo encontró. Sólo un hombre con la inteligencia, la entereza y la capacidad de Abinader, pudo hacerlo. No lo digo yo, lo dicen los organismos internacionales, al ver como el mandatario dominicano abordó la pandemia del Coronavirus, como enfrentó la crisis económica global para que sus efectos no fueran devastadores no fueran traumáticos.
Fue una hazaña extraordinaria la que encabezó el presidente Abinader evitando la muerte por la pandemia de miles de ciudadanos, para al mismo tiempo recuperar el turismo, que se había caído, para recuperar los empleos que habían desaparecido, para recuperar las empresas de zonas francas que estaban quebradas, para recuperar la economía que creció más que todos los países de la región, para aumentar las reservas monetarias, para garantizar y aumentar la inversión extranjera, para impedir que la inflación se tragara los ingresos de los sectores más vulnerables, etc.
No fue fácil mantener la paz social y la gobernabilidad en medio de crisis tan profundas y prolongadas. Solo un estadista verdadero, un presidente comprometido con las mejores causas de su pueblo, podía lograrlo, como lo logró. El pueblo lo sabe y lo valora. Por eso lo reelegirá el año próximo. ¡Sin duda!
No presentar a Luís Abinader sería un error histórico imperdonable. Su obra de gobierno no ha concluido. Las medidas más trascendentales aún no han sido tomadas. Creo, sinceramente, que el pueblo dominicano debe darle otra oportunidad al presidente Abinader, porque se lo ha ganado, porque será el pueblo el mayor beneficiario al final de la jornada. Este país, lo digo convencido, no puede mirar hacia atrás, no puede, en ninguna circunstancia, volver a los tiempos en que la corrupción en todas las instituciones del Estado era el pan nuestro de cada día, en que la impunidad imperaba sin ninguna consecuencia judicial ni política. Este país no puede cometer el error de permitir que el gansterismo político vuelva a imperar en el Estado, que la “Cosa Nostra siciliana” del bajo mundo, del crimen organizado, del narcotráfico y del lavado de activo, vuelvan a reinar en el poder. La República Dominicana no puede volver a convertirse en uno de los países más corruptos del mundo, como en efecto lo fue durante la “Era” del PLD de Leonel Fernández y de Danilo Medina, como lo pretenden quienes encabezan la oposición hoy día.
Según las encuestas, el presidente Abinader está prácticamente solo. Tiene, según los estudios, la reelección garantizada, probablemente en primera vuelta. Es por esa razón que sus adversarios, conocedores de lo que dicen las encuestas, han elevado el tono de sus críticas, principalmente Leonel Fernández, el político con la tasa de rechazo más alta actualmente.
La oposición está desesperada; “vuelta loca y sin idea”. No logra bajar lo negativo del presidente Abinader. No logra entender lo que está pasando en un país que está en constante movimiento fruto de los cambios, a veces imperceptibles, que se están produciendo. Como dijera un sabio de la política: “Los hechos son muy testarudos”, hablan por si mismos. Los opositores mienten descaradamente. Y el pueblo lo sabe, lo percibe. No permitirá que lo vuelvan a engañar elucubraciones y sandeces de quienes no tienen calidad política ni moral para hablar porque en 20 años no resolvieron uno solo de los problemas nacionales.
Este pueblo es más inteligente de lo que supone el “conceptualizador” Fernández que habla como el que defeca y no lo siente, olvidando que fue presidente de la República en tres ocasiones y que se mantuvo en el poder durante 20 nefastos años, considerado hoy como “El Padre de la Corrupción” en la República Dominicana, título que nadie se lo disputa, porque lo tiene bien ganado.