Escrito por Josep Borrell Fontelles, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y Vicepresidente de la Comisión Europea
El 17 de julio, casi un año después de su firma en Estambul, Rusia decidió
no renovar la Iniciativa del Grano del Mar Negro (Black Sea Grain Initiative
– BSGI) que permite a Ucrania exportar productos agrícolas a los mercados
mundiales. Como ha señalado el Secretario General de la ONU, esta iniciativa
fue «un rayo de esperanza en un mundo que la necesita desesperadamente».
Antes de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, importante proveedor
de alimentos, una quinta parte de la cebada del mundo provenía de Ucrania,
así como un sexto del maíz y un octavo del trigo. Después de la invasión
rusa de Ucrania, que atacó campos de grano y silos y bloqueó los puertos
ucranianos, los precios mundiales de los alimentos alcanzaron niveles récord
y pusieron en peligro el suministro de alimentos para muchos países
importadores. El objetivo del BSGI era restablecer una ruta vital para las
exportaciones agrícolas de Ucrania y bajar los precios mundiales de los
alimentos.
A pesar de las muchas dificultades, la iniciativa logró su objetivo. Desde
agosto de 2022, la exportación de casi 33 millones de toneladas de cereales
y alimentos de Ucrania a 45 países ha sido fundamental para reducir los
precios mundiales de los alimentos en torno al 25 % del nivel récord
alcanzado poco después del ataque de Rusia. Como muestran los datos públicos
del comercio, más de la mitad de estos cereales, incluidos dos tercios del
trigo, se han exportado a países en desarrollo.
Además, el BSGI garantizó el suministro de grano al Programa Mundial de
Alimentos (PMA). En 2023, Ucrania proporcionó el 80% del trigo adquirido por
el programa para apoyar las operaciones humanitarias en los países más
afectados por la inseguridad alimentaria, como Afganistán, Djibouti,
Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán y Yemen. Sin la ruta del Mar Negro, el PMA
tendrá que comprar sus cereales en otros lugares, a precios más altos y con
retrasos más largos, mientras que el mundo se enfrenta a una crisis
alimentaria sin precedentes.
Rusia tomó esta decisión a pesar de las renovadas propuestas del Secretario
General de la ONU de trabajar para gestionar el problema. Con el fin de
culpar a otros, Rusia alega que sus propias exportaciones agrícolas no se
favorecieron suficientemente. Esta afirmación no está respaldada por los
datos públicos del comercio mundial, que muestran que las exportaciones
agrícolas de Rusia están floreciendo. Rusia también se ha beneficiado
significativamente del Memorando de Entendimiento con la ONU sobre
Exportaciones de Fertilizantes, que se negoció en paralelo con BSGI. Las
Naciones Unidas han trabajado incansablemente para aclarar los marcos
regulatorios y debatir con el sector privado para encontrar soluciones
específicas en los sectores bancario y de seguros. Estos esfuerzos se han
llevado a cabo en estrecha cooperación con la UE y sus socios.
Contrariamente a las mentiras difundidas por Rusia, la UE se ha asegurado de
que sus sanciones no tengan ningún impacto en la seguridad alimentaria
mundial. No hay sanciones contra la exportación rusa de alimentos y
fertilizantes a terceros países y la UE ha proporcionado una amplia
orientación a los operadores económicos, aclarando que estas transferencias
a terceros países están permitidas. También trabajamos con las Naciones
Unidas para autorizar los pagos correspondientes.
A pesar de estos hechos de sobra conocidos y verificables, Rusia ha decidido
retirarse del BSGI, utilizando el alimento como arma y poniendo en peligro
el suministro mundial de alimentos. Unas horas después de retirarse de la
iniciativa, Rusia también comenzó a destruir las instalaciones de
almacenamiento de granos de Ucrania y la infraestructura portuaria a través
de ataques dirigidos diariamente, no solo en el Mar Negro, sino también en
el Danubio. Inmediatamente, los precios al por mayor del trigo y el maíz
experimentaron su mayor aumento desde el inicio de la guerra de agresión de
Rusia. Se espera que este aumento de la volatilidad de los precios de los
alimentos persista mientras Rusia someta deliberadamente a la oferta mundial
de alimentos bajo presión, empeorando la crisis mundial del costo de la vida
y afectando a las personas en situación de inseguridad alimentaria en los
países dependientes de las importaciones. Esta situación es inaceptable y
debe condenarse con firmeza.
Mientras que el mundo se enfrenta a interrupciones en el suministro de
alimentos y el aumento de los precios, Rusia se acerca ahora a los países
vulnerables, particularmente en África, con ofertas bilaterales limitadas de
envíos de grano, alegando resolver un problema que ellos mismos han creado.
Esta es una política cínica que utiliza deliberadamente el alimento como
arma.
En respuesta a las acciones irresponsables de Rusia, la UE está actuando
sobre tres ejes principales. En primer lugar, seguiremos apoyando los
incansables esfuerzos de las Naciones Unidas y Turquía para reanudar la
BSGI. En segundo lugar, seguimos reforzando nuestros «corredores de
solidaridad», rutas alternativas que permiten que las exportaciones
agrícolas ucranianas lleguen a los mercados mundiales a través la UE. Estas
rutas han permitido la exportación de más de 41 millones de toneladas de
productos agrícolas ucranianos hasta el momento, y estamos aumentando su
capacidad en la medida de lo posible para mitigar las consecuencias del fin
del BDGI decidido por Rusia. En tercer lugar, hemos aumentado nuestro apoyo
financiero a los países y a las personas más necesitadas, desbloqueando
18.000 millones de euros para garantizar su seguridad alimentaria hasta
2024.
Pedimos a la comunidad internacional y a todos los países que aumenten su
apoyo a la seguridad alimentaria mundial. Pedimos a todos nuestros socios
que pidan a Rusia que reanude las negociaciones, como ya lo ha hecho la
Unión Africana, y que se abstenga de atacar la infraestructura agrícola de
Ucrania. Si hablamos con una voz clara y unida, podemos lograr que Rusia
reanude su participación en BSGI. El mundo tiene un interés común en
gestionar la seguridad alimentaria de manera responsable. Se lo debemos a
los que más lo necesitan.