Se trató de un regreso triunfal del estelar jugador a Cleveland
Cleveland.- El exjugador de béisbol dominicano Manny Ramírez es honrado con un puesto en el Salón de la Fama de los Guardianes, en un emotivo evento celebrado en el Progressive Field.
En un emotiva giro de los acontecimientos, Manny Ramírez, la icónica figura del béisbol, ha sido inscrito en el prestigioso Salón de la Fama de los Guardianes. A pesar de haber transcurrido 12 años desde su última temporada en MLB, Manny Ramírez sigue dejando su huella y demostrando que sigue siendo quien es. El escenario para esta memorable ocasión fue el Progressive Field, donde se reunieron los actuales miembros del Salón de la Fama de los Guardianes y los aficionados para darle la bienvenida al ilustre dominicano.
La periodIsta Mandy Bell/MLB.com relata que pocas horas antes de su discurso en el terreno, Manny Ramírez se sentó en el estrado de la sala de prensa, rodeado de periodistas ávidos por escuchar sus palabras. Ante la inevitable pregunta sobre cómo se sentía al regresar, Ramírez respondió con su característica sinceridad y humor. "Para mí y mi familia, es un honor volver a la casa que yo construí, el Jake", expresó con una amplia sonrisa. Aunque el nombre del estadio ha cambiado, su amor por la ciudad y el equipo sigue siendo inquebrantable.
Las raíces de Ramírez con los Guardianes se remontan a sus primeras ocho temporadas de una carrera de 19 años en el béisbol profesional. Durante su tiempo en Cleveland, logró destacar con cuatro Juegos de Estrellas, tres Bates de Plata y una posición destacada en la votación del Novato del Año de la Liga Americana en 1994. También lideró las Grandes Ligas en carreras impulsadas en 1999 y contribuyó a llevar a su equipo a la Serie Mundial en 1995 y 1997.
A pesar de no haber conseguido el campeonato en esas oportunidades, Ramírez recuerda con cariño esos momentos. "Creo que deberíamos haberla ganado, pero no teníamos pitcheo", compartió con nostalgia. Sin embargo, uno de los momentos que más le marcó fue su último partido con los Guardianes en el año 2000, cuando conectó un épico jonrón por el centro del campo, dejando una huella imborrable en la historia del equipo y en la memoria de los aficionados.
Terry Francona, el actual manager de los Guardianes, también tuvo palabras de elogio para Ramírez. Hablando sobre su tiempo juntos en Boston, Francona recordó la extraordinaria habilidad de Ramírez en el bateo y su dedicación al juego. Ramírez, en respuesta, compartió sus motivaciones en sus primeros días como jugador, revelando que su pasión por jugar y competir era lo que lo impulsaba, sin tener como objetivo ser el mejor bateador de todos los tiempos.
En su discurso en el terreno, Ramírez expresó su gratitud hacia la organización, sus compañeros de equipo, su familia y los fieles aficionados que siempre lo apoyaron. "Siempre hay otro día si es la voluntad de Dios", concluyó, destacando su humildad y su compromiso con el juego.
El ingreso de Manny Ramírez al Salón de la Fama de los Guardianes marca un hito en su legado, demostrando que su influencia en el béisbol trasciende generaciones y sigue resonando con fuerza en la comunidad deportiva. Su amor por Cleveland y su dedicación al juego han dejado una marca imborrable en la historia del equipo y en el corazón de sus seguidores.