Nueva investigación revela que los primeros antepasados humanos experimentaron una pérdida drástica en la población y, por ende, en la diversidad genética.
Un grupo internacional de investigadores de China, Italia y Estados Unidos ha arrojado luz sobre una laguna misteriosa en el registro fósil de África y Eurasia, gracias a una innovadora metodología llamada FitCoal. Este enfoque novedoso permitió a los científicos inferir datos demográficos precisos utilizando secuencias genómicas actuales de 3.154 individuos.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista 'Science', este nuevo método reveló un importante cuello de botella en la población humana antigua, planteando interrogantes sobre el curso de la historia humana tal como la conocemos hoy, recoge Europa Press.
Los resultados del estudio indican que los antepasados humanos tempranos enfrentaron un cuello de botella significativo, en el cual alrededor de 1.280 individuos reproductores lograron mantener una población durante aproximadamente 117,000 años. Aunque esta investigación ha aportado claridad sobre aspectos de los antepasados del Pleistoceno, sigue habiendo preguntas pendientes.
El FitCoal, una técnica que analiza secuencias genómicas, demostró su capacidad para identificar un cuello de botella antiguo incluso con poca información. Según Yun-Xin Fu, genetista teórico de poblaciones de la Universidad de Texas en Estados Unidos, este avance es significativo.
Los resultados calculados por FitCoal, al evaluar las secuencias genómicas actuales, revelaron que los primeros antepasados humanos experimentaron una pérdida drástica en la población y, por ende, en la diversidad genética.
Giorgio Manzi, antropólogo de la Universidad Sapienza de Roma en Italia, mencionó que este cuello de botella podría explicar la brecha en los registros fósiles en África y Eurasia. Atribuyó este descenso en la población a factores climáticos, como las glaciaciones, que provocaron cambios en las temperaturas y la pérdida de recursos esenciales.
Se estima que alrededor del 65.85% de la diversidad genética actual se perdió debido a este cuello de botella en el Pleistoceno temprano y medio, lo que amenazó la continuidad de la humanidad tal como la conocemos.
No obstante, este cuello de botella también parece haber contribuido a la especiación, donde cromosomas ancestrales convergieron para formar el cromosoma 2 en los humanos modernos. Esto podría indicar el último antepasado común de los denisovanos, neandertales y humanos modernos.
Yi-Hsuan Pan, genómico evolutivo y funcional de la Universidad Normal de China Oriental, enfatizó que este hallazgo genera nuevas interrogantes sobre cómo estos individuos sobrevivieron en condiciones desafiantes y peligrosas.
Con el entendimiento de un antiguo conflicto que ocurrió hace entre 930,000 y 813,000 años, los investigadores esperan continuar explorando para comprender cómo una población tan pequeña persistió y cómo factores como el control del fuego y cambios climáticos pudieron haber llevado a un aumento posterior de la población hace unos 813,000 años.
Para los científicos, estos hallazgos son solo el comienzo de un viaje hacia una comprensión más profunda de la evolución humana en este período crucial de transición del Pleistoceno temprano al medio.