De campeón latinoamericano de crossfit y boxeador a estrella del stand-up comedy.
En un mundo donde la versatilidad es clave, Beta Mejía, nativo de Colombia, parece tenerla de sobra. Este deportista de alto rendimiento, comediante y creador de contenido está marcando un hito en la televisión hispana de Estados Unidos, y su nombre se ha convertido en un sinónimo de talento diverso.
Sus logros deportivos hablan por sí solos: boxeador destacado, campeón latinoamericano de crossfit, estrella de "Desafío Superhumanos" en Colombia, y reciente participante en "Exatlón Estados Unidos". Pero detrás de esos músculos y de ese vigor físico inagotable, hay un hombre que sueña con hacer reír al mundo.
De la Lucha al Escenario
A sus 28 años, Mejía no se conforma con ser un atleta de élite. Ha acompañado al famoso comediante venezolano Marko en giras internacionales, llegando a escenarios en Estados Unidos, Europa y toda Latinoamérica. Este salto del deporte al humor no es casual; es el producto de una vida de esfuerzo y de adaptabilidad.
Jonathan Betancourt, como realmente se llama, es un auténtico luchador en todos los sentidos de la palabra. “Desde los 13 años vendía dulces y frutas en el colegio. Siempre busqué la forma de ganar dinero honradamente para ayudar a la familia”, revela Mejía. En un país marcado por la violencia y la guerra, su familia fue su apoyo para alcanzar sus sueños.
Más Que un Rostro Bonito
Al colombiano no solo lo admiran por su belleza y destreza física. Actualmente, es uno de los participantes del reality "Los 50″ de Telemundo, donde muestra otra faceta de su personalidad. “Soy un humano, como un niño que da vueltas y se esfuerza, en todo el sentido de la palabra, por estar realmente feliz y hacer felices a los demás”, afirma con convicción.
Beta Mejía es un fenómeno en ascenso que rompe esquemas y redefine el éxito. Desde los gimnasios hasta los escenarios de comedia, este colombiano demuestra que la clave del triunfo reside en la versatilidad, el trabajo duro y, por encima de todo, en mantener un espíritu genuino.