El país caribeño enfrenta una escalada de violencia, con más de 2.500 muertos en lo que va de año y un aumento alarmante en ataques de pandillas.
Puerto Príncipe, República Dominicana* – La situación en Haití se torna cada vez más sombría y desesperada a medida que la violencia se apodera del país caribeño. Con más de 70 muertos y numerosos heridos en las últimas dos semanas en la capital, Puerto Príncipe, la población enfrenta una escalada de conflictos internos sin solución a corto plazo.
Desde que las pandillas han ocupado gran parte del territorio haitiano, la población se encuentra atrapada en una vorágine de violencia sin precedentes. Informes alarmantes provenientes de Haití indican que más de 2.500 personas han perdido la vida y cerca de mil han resultado heridas en lo que va de año.
El secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths, ha calificado esta situación como una "carnicería" que debe detenerse de inmediato.
El coordinador humanitario de la ONU en Haití, Philippe Branchat, ha advertido sobre una "nueva escalada de una violencia extremadamente brutal", subrayando que familias enteras, incluyendo niños, han sido víctimas de ejecuciones y actos violentos. La población haitiana sufre un sufrimiento inenarrable debido a secuestros, linchamientos y violencia sexual y de género contra mujeres, niñas y niños.
La crisis también ha provocado un éxodo masivo de más de 10.000 personas que han buscado refugio en instalaciones improvisadas, mientras las organizaciones humanitarias trabajan incansablemente para proporcionar alimentos, agua, higiene y atención médica a las víctimas, especialmente aquellas afectadas por la violencia sexual.
La Organización de las Naciones Unidas ha alertado sobre la grave deterioración de la situación humanitaria en 2023. Cerca de la mitad de la población haitiana necesita asistencia alimentaria y la cifra de desplazados ha aumentado a 200.000, diez veces más que en 2021.
El vacío institucional que se originó hace más de dos años con el asesinato del entonces presidente, Jovenel Moise, ha contribuido a la consolidación de bandas criminales en la región metropolitana de Puerto Príncipe.
Miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, mientras el país enfrenta una situación sin precedentes que requiere una respuesta coordinada y urgente para aliviar el sufrimiento de la población haitiana.