Los creadores de imágenes en el mundo ganan buen dinero transformando a las personas en lo físico y espiritual.
Las personas que cultivan las diversas profesiones, que se preocupan por su estética y el progreso personal, acuden a los creadores de imágenes para corregir algunas cosas en el rostro o en el cuerpo que los haga más presentables en los proyectos futuros. Tal vez los que más recurren a ese recurso son los políticos, artistas, actores, comunicadores (as) u otros que tienen contactos directos y frecuentes en los escenarios públicos.
Creadores de imágenes constituye una profesión que se define como un espacio destinado a personas que usan la fotografía como expresión. Creo que la mejor definición es la siguiente: “Son encuentros para poner en juego la mirada, navegar por nuestro material y el de los demás, reflexionar sobre cómo deconstruir la imagen, apuntando a desarrollar una mirada sensible y formada”.
Es una modalidad mediante la cual se buscan estrategias que permitan abordar el proceso creativo en términos globales.
Los creadores de imágenes en el mundo ganan buen dinero transformando a las personas en lo físico y espiritual. Entre estos, figuran profesionales de la medicina que se encargan de dar un aspecto más estético al rostro, el cabello, corrigiéndoles algunas manchas, elevando la nariz achatada, modificando los labios, corrigiendo detalles en la dentadura, el vientre, los senos y los glúteos. Las mujeres son sus mejores clientes.
Los hombres también buscan mejorar detalles en la cara y se inscriben en los gimnasios para fortalecer los músculos que luego cubrirán con ropas apretadas y costosas. Los gimnasios están abarrotados de hombres y mujeres. Es que una buena imagen ayuda a vender la personalidad, aunque la parte cerebral del individuo sea un desastre.
En el caso de los políticos, sus fotos de campaña electoral y las que enviarán a los medios de comunicación son retocadas con las mejores técnicas photoshop, pues hay que lucir bien. Incluso tienen asesores que les orientan cómo hablar en público, qué discurso deben o no improvisar en la televisión o lugares de masiva concurrencia, qué deben comer para mantener la figura física, cómo vestir, sonreír, caminar, etc.
En ese contexto, existe una versión similar a los creadores de imágenes, aunque sí con objetivos diferentes.
Se trata de los creadores de rumores, una estructura que se especializa en diseñar campaña de desinformación para confundir al público. Con equipos sofisticados, usan fotos falsas y relatos en primera persona para crearle ilusión de una crisis en progreso, que después difunden en las redes sociales.
Esos eventos son tan convincentes que generan una respuesta muy real de los medios de comunicación, sobre todo los que no confirman los hechos, y de las autoridades policiales.
En el bajo mundo, las eventualidades creadas por ellos son distracciones estratégicamente configuradas, premeditadas, para cometer crímenes. Ejemplo, llamar a la policía diciendo que hay una bomba en un avión o en edificio de apartamentos mientras asaltan un banco cercano al lugar. Además, creando un perfil negativo psicológico o familiar de un enemigo para pasarlo a los estamentos policiales y federales desde dispositivos informáticos sofisticados. Esa estructura abunda en el crimen organizado.
También la utilizan los organismos de inteligencia internacionales de investigaciones para crear crisis virtuales respeto a potenciales enemigos políticos de otros países y hacerlos figurar como los malos.
En el escenario político local, en tiempos de campaña electoral, suelen darse esas modalidades con intenciones competitivas devastadoras.
Como casos ilustrativos, citamos los constantes vídeos denunciando cosas que ocurrieron años anteriores y se difunden en tiempo real para confundir o desacreditar: policías golpeando a civiles o lanzando un cuerpo en las aguas del mar; la falsa noticia de la supuesta muerte de un artista o de un político. Algunos de esos vídeos son grabados en otros países.
El hecho más reciente es un audiovisual desmentido por el vocero del gobierno dominicano, que supuestamente mostraba agua circulando a través del canal que conecta al río Masacre entre República Dominicana y Haití justo cuando se ordenó el cierre la frontera en la parte noroeste. Es una muestra de desinformación intencional y premeditada por malos dominicanos.
En efecto, en el terreno político, los creadores de rumores abundan en nuestra sociedad y tienen como aliados a las redes sociales, que de manera irresponsable responden a los intereses de algunas descabellas mentes políticas que es posible estén a borde de la desesperación por llegar al poder gubernamental. Es la gama podrida de la política y con ésta, lamentablemente, estamos sobreviviendo
Es preciso tener en cuenta todo lo que se difunda a través de las redes sociales porque esa herramienta mediática está impregnada por cerebros malintencionados, unos palurdos individuos especialistas en difundir rumores falsos que después se propagan vox populi como algo cierto.