Aumentan las probabilidades de eventos extremos húmedos y cálidos lo que tendrá graves consecuencias para las comunidades humanas.
Un nuevo estudio liderado por la Universidad de California (UCLA) advierte que, a medida que las temperaturas globales aumentan debido al cambio climático, es más probable que las masas terrestres de la Tierra experimenten eventos climáticos extremos caracterizados por condiciones húmedas y calurosas en lugar de secas y cálidas.
Los investigadores del estudio, publicado en la revista 'Earth’s Future', destacan que las precipitaciones y las olas de calor extremas simultáneas se volverán más frecuentes, severas y generalizadas bajo el cambio climático en comparación con las condiciones secas y calurosas, recoge Europa Press.
Indican que ese fenómeno puede tener graves consecuencias, ya que las olas de calor iniciales tienden a secar el suelo, reduciendo su capacidad para absorber agua. Posteriormente, las lluvias tienen dificultades para penetrar el suelo y, en cambio, corren superficialmente, lo que aumenta el riesgo de inundaciones, deslizamientos de tierra y pérdidas de cultivos.
Haijiang Wu, investigador de la Universidad A&F del Noroeste de China y autor principal del estudio, señaló que estos extremos climáticos compuestos ejercen una presión desproporcionada en los sectores agrícolas, industriales y ecosistémicos, más que los eventos climáticos extremos individuales.
El estudio se basó en una serie de modelos climáticos para proyectar extremos climáticos compuestos para finales de siglo, si las emisiones de dióxido de carbono continúan aumentando.
Los hallazgos revelan que, aunque algunas regiones, como Sudáfrica, el Amazonas y partes de Europa, se volverán más secas con el aumento de las temperaturas, muchas áreas, incluyendo el este de Estados Unidos, el este y sur de Asia, Australia y África central, experimentarán un aumento en las precipitaciones.
Las olas de calor iniciales tienden a secar el suelo, reduciendo su capacidad para absorber agua. Posteriormente, las lluvias tienen dificultades para penetrar el suelo y, en cambio, corren superficialmente, lo que aumenta el riesgo de inundaciones, deslizamientos de tierra y pérdidas de cultivos.
Precisan que los extremos húmedos y cálidos serán más frecuentes, cubrirán un área más amplia y serán más intensos que los extremos secos y cálidos.
Esto se debe a que, a medida que la Tierra se calienta, la atmósfera retiene más humedad. Según los investigadores, la capacidad de la atmósfera para retener humedad aumenta entre un 6% y un 7% por cada grado Celsius de aumento de temperatura.
Las áreas más afectadas por estos extremos húmedos y cálidos a menudo albergan poblaciones densamente pobladas que ya son vulnerables a peligros geológicos como deslizamientos de tierra.
Además, esas regiones producen muchos de los cultivos del mundo, lo que significa que un aumento en las precipitaciones intensas y las olas de calor podría amenazar la seguridad hídrica, alimentaria y energética.
El estudio subraya la importancia de abordar estos extremos climáticos compuestos en las estrategias de gestión de riesgos y adaptación al cambio climático. Ignorar el riesgo de extremos húmedos y cálidos compuestos podría tener consecuencias devastadoras para la sociedad y el medio ambiente.
El impacto combinado de olas de calor y fuertes lluvias, como se vio en las inundaciones mortales de Europa occidental en 2021, destaca la urgencia de tomar medidas preventivas y enfoques de adaptación climática que tengan en cuenta estas condiciones húmedas y cálidas.