La mesa quedará servida para Luis Abinader, líder emergente proveniente de la centro derecha, que pretende ahora destronar a Leonel del liderazgo del conservadurismo dominicano.
Con la caída de la dictadura de Trujillo, el conservadurismo dominicano se amalgamó en torno al anti comunismo, al anti castrismo y a la adhesión total al catolicismo. Con estos conceptos en juego, Joaquín Balaguer se convirtió en un líder conservador cesarista con capacidad para neutralizar al liberalismo nacional y unificador del denominado pesimismo dominicano. El liberalismo fue contaminado de tal manera con la ideología comunista que, le fue imposible desembarazarse de tal adjetivación. Es decir, la derecha se cohesionó por intermedio de esos conceptos; mientras que,la izquierda quedó dividida entre liberales, socialistas,comunistas y las subdivisiones que estas denominaciones contienen. El genio político de Bosch por intermedio del PLD, cambiaría, momentáneamente, la suerte del liberalismo. Como se verá más adelante.
Luego, Peña Gómez conseguirá pasar de liberal a conservador, auto calificándose de “líder hacedor de presidentes”, es decir cediendo a la parte conservadora de su partido, la misión de gobernar. Esto le permitirá –a su partido-, gobernar dos periodos constitucionales pero, al descubrirse la maniobra, las masas se desesperan y miran hacia el líder natural del conservadurismo: Joaquín Balaguer.Este se sostendrá en el poder por los siguientes diez años, es decir casi tres periodos presidenciales. Empleando como acicate unificador, “el peligro haitiano” y el nacionalismo; al tiempo que, emerge un nuevo elemento unificador de la derecha: “la lucha contra la corrupción.”
Con base a la necesidad de enfrentar esos “peligros de la patria”, un Balaguer biológicamente agotado, reivindicará en 1996, esos mismos conceptos, para pasar la antorcha del poder a Leonel Fernández, bajo el denominado “Frente Patriótico.” De modo que, efectivamente, Leonel pasa a ser el depositario del poder político conservador de la mano de Balaguer y de un trozo de los liberales de centro izquierda, liderados por Bosch.
Claro, en el año 2000, Leonel rechaza violar la constitución para continuar en el poder, negando así a Balaguer la oportunidad de ver en vida, cómo su concepto de la continuidad desde el poder por medio de la reelección, se convertía en ley de hierro de la política dominicana. Si llegaría a ver cómo Hipólito Mejía la ponía en movimiento rehabilitando a Leonel; es decir desdiciendo la tradición histórica del liberalismo y de su partido en las personas de Bosch, Peña Gómez y Hatuey Decamps, éste último, estando en el mundo de los vivos, se opuso radicalmente a la mismaconsiguiendo así ser expulsado del partido donde había nacido político.
Este punto es interesante porque muestra el resultado de un partido de masa con una dirigencia conservadora, es decir sus decisiones serán también conservadorasindependientemente de su tradición, porque el liderazgo es personalísimo, lo ejerce la persona al mando aun sea en un partido de cuadros como el PLD, como se verá más adelante. El problema no era si el PRD era o no anti reeleccionista, el problema era quien dirigía en ese momento el PRD: un líder conservador proveniente de las filas del social cristianismo.
Ciertamente, en aquel momento histórico, y dado que tanto Bosch como Balaguer habían delegado sus respectivos liderazgos en Leonel, este se impuso en las elecciones de 2004, permaneciendo en el poder hasta 2012, por dos periodos continuos. Cosa que no alcanzó a entender Danilo Medina, como no entendió tampoco el por qué Balaguer no le apoyo en el año 2000. Esto es: el conservadurismo político dominicano tiene ciertas características propias que aquel que no alcanza a comprenderlas, no puede ser un líder conservador porque no interpretar adecuadamente, las expectativas de ese sector hegemónico en el país.
En 2012, Leonel nueva vez, se encuentra con un impedimento constitucional por lo que en lugar de violar la carta magna, delega el poder en Danilo. Pero, Danilo ya hemos dicho, tiene cierta incapacidad para entender las leyes de la política criolla, es un burócrata gris incapaz de desarrollar un liderazgo propio, si no es con base a la imposición y a la manipulación estalinista. En lugar de entender esto, la emprenderá contra su mentor y atropellará la constitución en 2015; por lo que, pretendiendo repetir su aventura en 2019, será sacado del poder en 2020.
La mesa quedará servida para Luis Abinader, líder emergente proveniente de la centro derecha, que pretende ahora destronar a Leonel del liderazgo del conservadurismo dominicano. El ardid con que Luis pretende sustituir a Leonel, es el viejo recurso conservador del “peligro haitiano.” O, dicho de otra manera, ha escogido al Río Masacre como escenario para batirse electoralmente contra Leonel. Esto es: está apelando al tradicional nacionalismo y anti haitianismo conservador dominicano, con el objeto de desplazar hacia su cauce al sector conservador que apoya a Leonel.
La maniobra es sumamente peligrosa y, se está viendo ya, que los primeros resultados apuntan a que quienes se están amalgamando con la maniobra son los políticos haitianos y la Comunidad Internacional, dada la carencia de política nacional que tiene Luis frente a Haití o cualquiera otro actor internacional. No se conoce bien cómo responderá Leonel a este desafío que pretende dejarlo sin base de sustentación política. Sus últimos discursos en la Plaza de la Bandera como en Estados Unidos, sugieren que es consciente de ello. Pero su respuesta se queda corta porque al apoyar las mismas políticas que ejecuta el presidente respecto de Haití, le hace quedar en desventaja. Un retador debe ir más allá, si no lo hace, es evidente que el presidente Abinader quedará delantero. Por tanto, se puede afirmar que los campos de la batalla electoral de 2024, serán el Río Masacre y el espacio electoral de centro derecha.
Mejor dicho, existe un vacío en el campo electoral liberal que, no está claro quién podría llenarlo. Porque a Luis como a Leonel, les es muy incómodo moverse hacia un discurso liberal desde una plataforma discursiva conservadora y pro popíes, mucho menos a un discurso de izquierda. A pesar de que, la FUPU, tiene como origen al Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), la realidad es que Leonel, ni es de izquierda, ni posee un discurso de izquierda. Lo que da pie a que se le siga catalogando (quizás para su orgullo), como el padre del neoliberalismo nacional.
Una cosa es obvia, Leonel puede, por estar en la oposición, asumir posiciones más liberales que Luis, pero sería desdoblarse hacia alguien que no es él. Lo que implica que, el ámbito conservador está copado y disputado entre Luis y Leonel. Por tanto, se encuentran vacantes los discursos liberales y los discursos de izquierda. O, como se les denomina ahora: discursos progresistas. Es como bien ha dicho Karl Popper, para bien o para mal, la humanidad marcha hacia lo individual. No existen hoy en día proyectos colectivos sino proyectos individuales o, a lo sumo de grupos o poderes salvajes (Luigi Ferrajoli). En esta cristas neoliberal se han montado incluso, líderes de izquierda Latinoamericanos. Por tanto, no puede el público hacer ilusiones sobre lo que se discute en torno al Río Masacre porque allí se libra una batalla electoral donde líderes de centro derecha pretenden hacerse los graciosos ante las multi nacionales y transnacionales que desean explotar minerales valiosos y raros existentes a ambos lados de la frontera que representa el Río Masacre. DLH-24-09-2023