Protagonistas de la Generación Dual han heredado cuantiosas fortunas y tienen otras ideas y concepciones diferentes para reinvertir y aumentar sus capitales.
A la Generación Dual le corresponderá dirigir el mundo por lo menos hasta el año 2040, sobre todo aquella configuración correspondiente a la primera mitad del siglo XX y la primera generación del siglo XXI. Una parte de los nacidos después de la segunda mitad del siglo XX estará trabajando junto a millones de habitantes de la primera etapa del siglo en desarrollo, para hacerse partícipes del control de cada Estado, que es lo mismo a decir y aceptar, el control del mundo. Aunque todos conforman la Generación Dual del universo, deben estar plenamente contestes que solo un grupo mínimo de seres humanos pertenecientes a los grupos hegemónicos, controla en estos momentos todo el poder político y económico del universo.
Ese control global es segmentado de país en país y como es claro, obedece a un orden mundial que controla hoy y controlará en ese momento la división geopolítica del universo. Podría ser que las grandes potencias se pongan de acuerdo antes de esa fecha para diseñar nuestra existencia bajo la unipolaridad de intereses hegemónicos, o posiblemente ingresemos a un mundo multipolarizado. Predecir la implementación de uno de estos dos sistemas de vida, supone estar muy cerca de las acciones bélicas, bursátiles y geopolíticas de las naciones que componen el G-7, el G-20, y aquellas que se han ubicado al frente del nuevo y poderoso grupo que ha convenido en denominarse naciones del BRICS.
Independientemente de estos constantes enfrentamientos a nivel macro, se presentan otros de mediano y bajo nivel que se da en los parlamentos legislativos, alcaldías, empresas privadas, empresas público-privadas, y en el centro mismo de las máximas estructuras estatales de cada país, entre grupos antagónicos buscando siempre su bienestar material individual y familiar, difícilmente el colectivo.
Esa lucha feroz por el control de cada país siempre ha existido, pero en estos tiempos de cambios trascendentes, cíclicos y perversos, la lucha ha tomado un matiz sumamente agresivo. Los enfrentamientos no son solapados e indirectos como sucedía muchas veces en nuestros países, de continente en continente.
Hasta cierto punto se cuidaban las apariencias y los clanes familiares que de antaño controlaban los sistemas locales de gobierno, manejaban con suma discreción los “arreglos” que de manera momentánea llevaban paz y cierto nivel de equilibrio a cada sociedad.
Protagonistas de la Generación Dual han heredado cuantiosas fortunas y tienen otras ideas y concepciones diferentes para reinvertir y aumentar sus capitales. Otros integrantes de esa mezcla de seres humanos producto de la fusión de dos siglos, que han surgido de la nada y a puro esfuerzo intelectual, creativo y comercial, han logrado articular fortunas que les han permitido variar la faz de sistemas locales e internacionales de desarrollo, sean estos de carácter estatal o privado. La preferencia de inversión de este último grupo persigue garantizar su independencia de crecimiento.
La Generación Dual está dando una contundente demostración de independencia económica, dispuesta permanentemente a correr riesgos con la intención de crear su propio espacio de vida, obviando la estrategia dependiente de las instituciones estatales, metodología de vida y de negocio que asumió la Generación Dual que se formó a partir de la primera y segunda mitad del siglo XX. Aparentemente los primeros habitantes del siglo XXI, reconocidos como parte integral de la Generación Dual en su primera ola, han advertido las debilidades de ese modelo y han decidido no adoptarlo en su ruta hacia la transformación y control de cada sociedad, que por relación empática de poderes, se convierte en el control total del universo.
El mundo ha recibido de manera complaciente la Generación Dual, aunque una parte considerable de seres humanos de la segunda mitad del siglo anterior se ha mostrado irreverente, egoísta, orgullosa y temeraria ante los integrantes más adultos de ese grupo generacional que comparte experiencias de vida para consolidar su desarrollo presente y futuro.
En ese ambiente todavía inestable, cíclico y detonante, los grupos hegemónicos procuran a toda costa crear infraestructuras y plataformas multimedia de todo tipo para continuar dosificando la independencia de un grupo social que se muestra cada vez más rebelde e independiente. Por lo visto, la Generación Dual nacida casi al finalizar el siglo XX, entiende que no debe asumir pacientemente dictámenes y decálogos que fueron impuestos a los primeros y segundos habitantes del siglo XX, o más bien aquellos nacidos desde el 1890 en adelante.
Los integrantes de estos dos grupos generacionales que se encuentran al finalizar el siglo XX y al dar inicio al siglo XXI, tienen una doble misión de vida. En primer lugar tratar de que el grupo humano comprendido entre el año 1950 y 2000 se mantenga con vida y lucido hasta el año 2040, de forma que garantice la transferencia de conocimientos científicos, sociales, políticos, educativos, culturales y materiales a los primeros integrantes de la Generación Dual del presente siglo.
En segundo lugar, la primera generación de habitantes del siglo en desarrollo debe mostrarse dispuesta a analizar los procesos científicos, económicos, políticos, sociales y educativos que el nuevo orden mundial procura implementar en ellos. En esa etapa de análisis crítico que como tarde debe concluir en el 2040, los últimos habitantes con vida del siglo XX juegan un rol trascendente. Claro, los miembros del primer grupo generacional del siglo XXI que procuran un régimen de vida positivo, con menos signos de presión de los grupos de poder que controlan todas las acciones del universo, debe estar dispuesto a escuchar, analizar e implementar las transferencias cardinales de la segunda generación del siglo pasado.
La incidencia de la Generación Dual se ha dejado sentir de manera tan contundente en el mundo, que está forzando a los detentadores del poder global a modificar la agenda de vida que ellos entienden debe asimilar, sin reparo alguno, cada habitante del planeta.
Cada vez son más evidentes en las calles de los cinco (5) continentes, las multitudes de seres humanos ganando terreno de calidad ante las agencias y centros de grandes capitales y de súper estructuras tecnológicas. Los gobiernos de muchos de los países que integran estos espacios terrenales han tenido que revisar, y hasta echar atrás, múltiples decisiones que afectan a la mayoría de sus habitantes. Esos jefes de Estados y de gobiernos que al margen de sus respectivos pueblos han tomado decisiones desalentadoras, fraudulentas y carentes de toda lógica, son denunciados, puestos en evidencia y obligados a renunciar de sus responsabilidades estatales.
La osadía expresada públicamente por los saberes que han adquirido y han divulgado a sus congéneres los integrantes de la Generación Dual del siglo XX sobre la evolución social del mundo, no se puede ver y asimilar como el comportamiento rebelde, juvenil y natural de unos cuantos seres humanos. La apropiada simbiosis que de manera directa o por herencia vivencial han adoptado para su bienestar particular y del mundo los integrantes activos y militantes de la Generación Dual del siglo XXI, es un hecho real, diáfano y sumamente contradictorio frente al Status Quo que desde el año 1890 le fue impuesto a los habitantes del siglo pasado en sus dos etapas.
Los gobiernos y gobernantes están llamados a reflexionar sobre este comportamiento cada vez más presente en nuestras vidas. De su reflexión y posterior análisis, podrían surgir excelentes ideas que provocarían la convivencia civilizada de los seres humanos a partir del año 2040 del siglo en desarrollo.
De todas formas, lo que sí ha quedado claro en todo el universo, es que la Generación Dual posee su agenda de trabajo, crecimiento y desarrollo pleno al margen de la que actualmente pretenden imponer a la humanidad, los pequeños grupos que con gran poder económico y político, dirigen hasta el momento, todas las acciones del planeta.