Alteraciones en el ritmo cicardiano, así como en el sueño, han sido observadas antes de la aparición de los síntomas motores de la enfermedad.
La Universidad de Ginebra, Suiza, ha llevado a cabo una investigación sobre la destrucción de neuronas en diferentes momentos del día que revela que el estrés celular asociado a la enfermedad de Parkinson es más perjudicial para las neuronas cuando ocurre durante la noche.
Para estudiar la enfermedad y comprender los mecanismos de degeneración neuronal los investigadores utilizaron la mosca de la fruta como modelo de estudio. Los hallazgos fueron publicados en 'Nature Communications', y recogido por Europa Press
La enfermedad de Parkinson, un trastorno neurodegenerativo progresivo, se caracteriza por la destrucción de neuronas dopaminérgicas en el cerebro, lo que conduce a síntomas como temblores, lentitud de movimientos y rigidez muscular. Investigaciones epidemiológicas indican que se pueden asociar trastornos del sueño y del ciclo circadiano.
El ciclo circadiano, que regula funciones biológicas a lo largo de unas 24 horas, incluye periodos de vigilia y sueño. Alteraciones en este ritmo, así como en el sueño, han sido observadas antes de la aparición de los síntomas motores de Parkinson.
Los investigadores simularon el inicio de la enfermedad exponiendo las moscas a un fármaco inductor de estrés oxidativo durante algunas horas. Esto provocó la muerte de las neuronas dopaminérgicas en los días siguientes. Aunque moscas y humanos son diferentes, sus relojes biológicos son comparables.
El ciclo circadiano, que regula funciones biológicas a lo largo de unas 24 horas, incluye periodos de vigilia y sueño. Alteraciones en este ritmo, así como en el sueño, han sido observadas antes de la aparición de los síntomas motores de Parkinson.
Exponiendo las moscas al estrés oxidativo en diferentes momentos del día y la noche, observaron que la exposición nocturna resultaba en la destrucción de un mayor número de neuronas dopaminérgicas.
Al exponer a moscas con ciclos circadianos alterados, encontraron que aquellas sin un reloj interno eran más sensibles al estrés oxidativo, sugiriendo un efecto protector del reloj circadiano.
La mayoría de los casos de Parkinson resultan de la interacción entre factores genéticos y la exposición a factores ambientales a lo largo de la vida.
Los resultados indican que el estrés oxidativo, como el provocado por pesticidas, administrado en momentos específicos del día, puede tener un impacto crítico en la supervivencia de las neuronas dopaminérgicas.
Además, sugieren que variaciones genéticas en los genes del reloj circadiano pueden representar un factor de riesgo para la neurodegeneración dopaminérgica. Sin embargo, se necesita más investigación para determinar la relevancia de estos resultados en humanos.