Mientras las disputas fronterizas distraen, la violencia interna y las cifras de secuestros en Haití alcanzan niveles alarmantes.
Santo Domingo En el ajedrez geopolítico, cada movimiento cuenta. Y para Haití, la reciente tensión con República Dominicana sobre el canal que podría desviar el agua del Río Masacre parece más una jugada maestra para desviar miradas que un auténtico enfrentamiento diplomático. Si no fue intencional, ha resultado ser una efectiva cortina de humo ante el verdadero caos que se vive en su interior.
Curiosamente, cualquier desacuerdo con su vecino, República Dominicana, tiene el poder de unificar a los haitianos, siendo este incidente fluvial no la excepción. Tal unificación parece favorecer a las élites haitianas, quienes con ello proyectan una imagen de solidez gubernamental que, según muchos, no refleja la realidad del país.
Pero más allá de conflictos fronterizos, el verdadero desafío que enfrenta Haití es interno. Las cifras de violencia son escalofriantes: miles de personas asesinadas, heridas y desplazadas, y esto no se ha visto interrumpido por el conflicto con República Dominicana. Según un informe de la agencia haitiana AlterPresse, en lo que va de 2023, la situación ha empeorado considerablemente. El análisis detalla un aumento de más del 140% en los casos de secuestro solo en el tercer trimestre del año.
Las cifras hablan por sí solas: 1,564 personas asesinadas y 901 heridas entre enero y septiembre de 2023. Los secuestros de extranjeros también han aumentado, con 63 casos registrados en este período. El aumento en los secuestros colectivos es especialmente preocupante, con el área de Bas Artibonite destacando como una región de alto riesgo.
El enfrentamiento entre el movimiento Bwa Kale y la falta de medidas para contener a las pandillas han exacerbado esta crisis. De hecho, 401 supuestos delincuentes fueron ejecutados por el movimiento de resistencia Bwa Kale en los primeros nueve meses del año, además de otros cien por la Policía Nacional de Haití.
Las cifras de las Naciones Unidas son igualmente alarmantes: tres millones de homicidios, más de 1,500 víctimas de secuestros y más de 200 millones de personas desplazadas, la mitad de ellas niños, a causa de la violencia.
El 2023 ha sido un año particularmente violento para Haití. Todas las comunas en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, incluso áreas previamente consideradas seguras, están siendo afectadas por una escalada de violencia sin precedentes.
Así, mientras las aguas del Río Masacre se convierten en tema de debate, las aguas turbulentas de la situación interna haitiana siguen sin encontrar calma.