Esta ley amplía la perspectiva de la evolución más allá de la biología tradicional de Darwin
Un grupo de investigadores ha identificado lo que llaman una "Ley Perdida de la Naturaleza". Esta ley, por primera vez reconocida, sugiere que los sistemas naturales complejos, desde planetas hasta átomos, evolucionan hacia estados de mayor patrón, diversidad y complejidad.
El estudio revolucionario publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), y que recoge Europa Press,estuvo a cargo de un equipo de nueve expertos provenientes del Instituto Carnegie para la Ciencia, el Instituto de Tecnología de California (Caltech), la Universidad de Cornell y la Universidad de Colorado.
Las leyes macroscópicas, que describen fenómenos cotidianos en el mundo natural, han estado establecidas desde hace más de 150 años. Sin embargo, esta nueva adición moderna reconoce la evolución como una característica fundamental de los sistemas complejos, tanto vivos como no vivos.
La "Ley de información funcional creciente" propuesta en este estudio establece que los sistemas evolucionarán si muchas configuraciones diferentes se seleccionan para una o más funciones. Un componente esencial de esta ley es la idea de "selección por función", según el astrobiólogo de Carnegie, Dr. Michael L. Wong, primer autor del estudio.
Esta ley amplía la perspectiva de la evolución más allá de la biología tradicional de Darwin, incluyendo tres tipos de funciones en la naturaleza: estabilidad, persistencia de sistemas dinámicos con suministros de energía y la más intrigante de todas, la "novedad". La tendencia de los sistemas en evolución a explorar nuevas configuraciones que conducen a comportamientos o características sorprendentes.
Este estudio amplía nuestra comprensión de la evolución, mostrando que es un fenómeno omnipresente que va más allá de la biología y abarca todo el tejido del universo, desde lo más pequeño hasta lo más grande.
La aplicación de esta ley se extiende a la biología, donde la selección por función se traduce en la supervivencia y la capacidad de producir descendencia fértil. Pero, según el estudio, este principio se aplica igualmente a estrellas, átomos, minerales y otras situaciones donde muchas configuraciones están sujetas a la presión selectiva.
Los minerales de la Tierra, por ejemplo, han evolucionado a lo largo de 4.500 millones de años, pasando de unos 20 tipos iniciales a casi 6.000 conocidos hoy. Las estrellas también siguen un patrón similar, con elementos más pesados evolucionando a partir de los elementos primordiales hidrógeno y helio.
Los coautores del estudio representan una configuración única y multidisciplinaria, que incluye filósofos de la ciencia, astrobiólogos, científicos de datos, mineralogistas y físicos teóricos.
En palabras del coautor Robert M. Hazen de Carnegie Science, "La noción de que la selección para una función impulsa la evolución se aplica igualmente a estrellas, átomos, minerales y muchas otras situaciones conceptualmente equivalentes donde muchas configuraciones están sujetas a la presión selectiva".
Este estudio amplía nuestra comprensión de la evolución, mostrando que es un fenómeno omnipresente que va más allá de la biología y abarca todo el tejido del universo, desde lo más pequeño hasta lo más grande.