Los países árabes han arropado a Palestina y han pedido una solución de dos estados
MADRID, 21 Oct. (EUROPA PRESS) – La Cumbre por la Paz celebrada este sábado en El Cairo con la presencia de numerosos dirigentes árabes y representantes de otros países del mundo ha concluido con una nota de agradecimiento de Egipto, el país anfitrión, y sin ninguna declaración conjunta formal.
"La República Árabe de Egipto, convocante de la Cumbre por la Paz, expresa su profundo agradecimiento a los países y organizaciones que han respondido a la invitación a pesar de las dificultades de plazos", ha resaltado la Presidencia egipcia en un comunicado formal que recuerda que el objetivo era lograr un consenso sobre petición de alto el fuego, condena del terrorismo y la violencia y apoyo a la distribución de ayuda humanitaria.
Uno de los discursos que ha despertado más espectación ha sido el del presidente de Egipto, Abdelfatá al Sisi, tanto por su peso político y demográfico como por el hecho de que es el único país con frontera con la Franja de Gaza. Al Sisi ha hecho un llamamiento a la reactivación del proceso de paz en Oriente Próximo a partir de la negociación de un alto el fuego inmediato entre ambos bandos.
En su mismo discurso, el presidente ha dejado entrever que la reapertura este sábado del paso de Rafá, escenario esta mañana de la entrada del primer convoy humanitario a Gaza desde el comienzo de la guerra, podría adquirir un carácter más definitivo en las próximas horas o días tras un acuerdo alcanzado con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Esta reapertura "continuada", según sus palabras, quedaría bajo la supervisión de Naciones Unidas y la Media Luna Roja palestina (que se está encargando de la distribución directa de la ayuda), de acuerdo con el mandatario egipcio, a la espera de determinar qué sucede con los cientos de personas que aguardan el tránsito a Egipto desde el lado palestino del cruce.
Al Sisi ha aprovechado además para acusar a Occidente de "doble rasero" y ha expresado su rechazo a la reubicación de los habitantes de Gaza en la región del Sinaí egipcio.
El otro gran país con frontera con Israel es Jordania, cuyo monarca, Abdalá II, ha denunciado el "cruel" bombardeo sobre Gaza, un "castigo colectivo sobre un pueblo asediado e indefenso". "Es una violación flagrante del Derecho Internacional y Humanitario, un crimen de guerra. Cuanto más grave y cruel es la crisis, menos parece importarle al mundo", ha reprochado.
El rey hachemí, cuyo país está poblado mayoritariamente por refugiados y descendientes de refugiados palestinos, ha resaltado además que Israel "está atacando infraestructura civil y matando de hambre deliberadamente a la población entera por falta de alimentos, agua, electricidad y otras necesidades básicas". "Deben rendir cuentas de inmediato, inequívocamente. Se ha hecho antes, en otros conflictos, pero no en Gaza", se ha lamentado. Israel "debe asumir que no existe una solución militar", ha remachado.