La sociedad dominicana aprecia esa actitud como un comportamiento electorero, carente de argumentos que busca esquivar la responsabilidad nacionalista.
La miopía y estupidez política de la oposición en el país no tiene límites y llegan al extremo del fanatismo cuando dan la espalda a una iniciativa de nación, cuya esencia es fijar una renovada acción de Estado ante la crisis haitiana y el tipo de vínculos que deben primar en las relaciones bilaterales.
Se ausentan olímpicamente como si se tratase de una determinación electorera que está condenada al fracaso porque subestiman los sentimientos patrióticos y nacionalistas del pueblo dominicano, que hace años demanda una nueva política exterior hacia Haití, garante de nuestra soberanía, territorialidad y libre determinación en las relaciones entre las dos naciones.
El encerramiento del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Fuerza del Pueblo (FP) y lo que queda del antiguo poderoso Partido Revolucionario Dominicano (PRD) al sistemáticamente intentar minimizar la iniciativa del Poder Ejecutivo de elaborar el Pacto Nacional para la Formulación y Ejecución de Políticas de Estado ante la situación prevaleciente en Haití, es una jugada peligrosa que se revertirá en su contra.
La sociedad dominicana aprecia esa actitud como un comportamiento electorero, carente de argumentos que busca esquivar la responsabilidad nacionalista que cada ciudadano o entidad de República Dominicana debe asumir frente al drama de desestabilización, bandolerismo y pandillerismo existente en el territorio haitiano.
Parecería que el liderazgo opositor del país olvida que las propias entidades políticas que representan deben su permanencia y subsistencia a los fondos que aporta el pueblo dominicano a través de la Junta Central Electoral (JCE).
Es muy costosa la partidocracia nacional con el subsidio mensual de organizaciones que como el partido blanco no alcanzaron en los pasados comicios presidenciales siquiera el 5% de los votos.
Ahora bien, ¿qué buscan esos minúsculos partidos en el escenario electoral nacional que se avecina? Pues, única y exclusivamente hacer negocio a través de pactos o alianzas electorales.
Jugar a la política ante un tema tan delicado y de trascendencia para el presente y futuro de nuestra nación, como es la amenaza del insostenible bandolerismo haitiano, es una traición a los principios que enarboló nuestro Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte.
Esa actitud tendrá un impacto demoledor al interior de esas organizaciones que carecen de visión política objetiva y clara con el drama haitiano y su repercusión en la República Dominicana.
Coincidiendo con haitianos
La apreciación que hizo al respecto el presidente de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), Marino Vinicio Castillo “Vincho”, al calificar como una barbaridad la ausencia de los representantes del PLD, FP y PRD en la ceremonia de rubricación del Pacto de Nación, al que fueron convocados, es muy elocuente.
“Es una barbaridad que el tema nacional que es sagrado y nos corresponde a todos, pueda ser perturbado por las maquinaciones electoreras que son subalternas”, dijo.
Según Vinicio Castillo entre representantes de la oposición política en el país hay una serie de disidencias y posiciones que coinciden con las posturas haitianas.
Ese señalamiento apunta a identificar que entre los ex presidentes Leonel Fernández y Danilo Medina, en cuyas administraciones se incentivó masivamente el otorgamiento de visas y facilidades para el ingreso de los haitianos a territorio dominicano así como de parturientas en los hospitales, no hay interés en suscribir el Pacto de Nación elaborado por el gobierno del presidente Luis Abinader con la participación de la sociedad civil.
No obstante, el documento fue firmado por representantes de 28 partidos políticos y una veintena de académicos e intelectuales, así como rectores de las principales universidades del país.
Unión y Consenso
Abinader formuló nuevamente el llamado a los representantes de las demás entidades políticas nacionales a sumarse a esta acción patriótica, cuyo objetivo central es alcanzar criterios unificados en torno a la grave crisis institucional haitiana y su repercusión en la República Dominicana.
“Los retos van a ser similares o mayores, por lo tanto, el país debe estar unido y debe tener el consenso para seguir llevando estos temas con un sentido nacional, con un sentido patriótico, con un sentido humano, pero siempre teniendo en cuenta las características tan especiales que como país hemos tenido que vivir con la situación casi única de Haití; única en la región y muy particular en el mundo esa situación de nuestro vecino país”, enfatizó.
Uno de los ejes pilares del Pacto presentado por el Poder Ejecutivo y respaldado por académicos, líderes políticos e intelectuales dominicanos está concentrado en la Política de Relaciones Exteriores del gobierno.
Indica también, que la República Dominicana está dispuesta a estimular y respaldar a la comunidad internacional en el esfuerzo de rescate y reconstrucción de Haití, siempre y cuando las soluciones estén encaminadas a: primero, procurar la pacificación de Haití; segundo, asistir económicamente a dicho país y su población, por medio de un plan de crecimiento y desarrollo, a mediano y largo plazo; tercero, incentivar su institucionalización; y cuarto, garantizar el respeto de la integridad territorial y demográfica de las dos naciones que coexisten en la isla de Santo Domingo.
Sobre Política Migratoria
El texto especifica en cuanto a política migratoria que la República Dominicana enfrenta en la actualidad un fenómeno que dejó de ser solo un problema de migración, para convertirse también en un impostergable reto a la seguridad nacional y regional; reto que impacta, por su magnitud y complejidad, a su ordenamiento jurídico e institucional. Y, por eso, en tanto que responsable primero y último de su orden constitucional y de sus compromisos internacionales, defiende en materia migratoria el principio de la debida regulación del ingreso y tránsito a través de sus fronteras, así como la permanencia y el libre desempeño del ejercicio laboral de nacionales extranjeros debidamente autorizados para habitar e interactuar en suelo dominicano, de conformidad con las disposiciones legales que rigen en todo el territorio nacional.
En cuanto a lo referente a la Política Fronteriza especifica que la misma representa un gran compromiso patrio de todo dominicano y, por ende, del Estado, es salvaguardar la integridad de sus fronteras, así como la convivencia en la misma, sin ceder ni retroceder en el dominio y gestión responsable de su territorio, como punto de encuentro y de separación, tanto con nacionales haitianos, como con otros extranjeros.
Alegato sin sentido
Carece de sentido lógico el alegado del PLD, FP y PRD al negarse a suscribir el Pacto de Nación supuestamente porque se trata de una herramienta reeleccionista del gobierno de Abinader.
Están transitando la ruta de oponerse sí o sí a todas las iniciativas gubernamentales lo que se traduce en una acción de profunda mezquindad política, carente de sentido y de inteligencia emocional.
Evidentemente, los representantes de la oposición política nacional carecen de un discurso coherente que pueda impactar contra las iniciativas impulsadas por las autoridades frente a situaciones tan delicadas y complejas como la desestabilización prevaleciente en Haití y su impacto en República Dominicana.