Denuncia que los ataques israelíes sobre Gaza como "una tortura a la conciencia humana"
El Gobierno de China ha emitido una condena contundente este lunes, denunciando los recientes ataques de Israel sobre instalaciones médicas y campos de refugiados en la Franja de Gaza. El portavoz del Ministerio de Exteriores, Wang Wenbin, describió los eventos como una "violación de las normas básicas de las relaciones internacionales", que ha llevado a una situación humanitaria "catastrófica".
En una rueda de prensa, atendida por Europa Press, Wang Wenbin expresó su profunda preocupación por el aumento drástico de víctimas civiles en el lado palestino y la situación catastrófica en la Franja de Gaza.
Calificó los ataques como "una tortura a la conciencia humana" y reiteró la posición de China en contra de cualquier acción que dañe a la población civil y sus instalaciones, violando el Derecho Internacional Humanitario.
El portavoz instó a la comunidad internacional a no permitir que estas tragedias continúen y pidió "moderación" a todas las partes involucradas. Además, solicitó un alto el fuego inmediato y la implementación de mecanismos para proteger a la población y a los hospitales en la región.
En su calidad como presidente rotatorio del Consejo de Seguridad, China se comprometió a hacer todo lo posible para restaurar la paz en Palestina y alentar a la comunidad internacional a cumplir con sus responsabilidades.
Wang Wenbin recordó la reciente aprobación urgente por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas de una resolución que exigía una tregua humanitaria y el cumplimiento de las obligaciones en virtud del Derecho Internacional.
Destacó que esta resolución refleja el fuerte respaldo de la comunidad internacional y el apoyo popular a la causa.
En su calidad como presidente rotatorio del Consejo de Seguridad, China se comprometió a hacer todo lo posible para restaurar la paz en Palestina y alentar a la comunidad internacional a cumplir con sus responsabilidades.
Finalmente, reafirmó la posición de China a favor de la creación de un "Estado palestino independiente con plena soberanía basado en las fronteras de 1967 y con Jerusalén Este como su capital", en consonancia con las resoluciones de las Naciones Unidas.