Quemas de baja intensidad emergen como herramienta crucial en la prevención de desastres naturales
Investigadores de las universidades de Stanford y Columbia han presentado un estudio innovador que destaca una nueva estrategia para prevenir incendios forestales de alta intensidad en el oeste de Estados Unidos.
El análisis, publicado en la revista 'Science Advances', revela que las quemas de baja intensidad, como los incendios controlados o prescritos, los incendios forestales controlados y las quemas culturales tribales, pueden reducir drásticamente el riesgo de incendios devastadores durante años.
Con la creciente frecuencia de incendios catastróficos, este enfoque emergente podría cambiar la dinámica en la lucha contra los desastres naturales, recoge Europa Press.
"Tengo la esperanza de que los responsables políticos se basen en este trabajo como motivación y apoyo para la ampliación de los incendios beneficiosos como estrategia clave en la prevención de catástrofes por incendios forestales", asegura el coautor del estudio Michael Wara, director del Programa de Política Climática y Energética del Instituto Woods de Stanford para el Medio Ambiente.
"El fuego beneficioso no está exento de riesgos, pero lo que muestra nuestro estudio es lo grandes y duraderos que son los beneficios de esta estrategia crucial de reducción del riesgo", añade.
Como resultado de la estrategia indigena, los bosques precoloniales de California contenían menos combustible para las hambrientas llamas y eran más capaces de retener la humedad, claves para la resistencia al fuego y a la sequía.
El estudio, centrado en California, se produce casi exactamente cinco años después de que el estado sufriera el incendio forestal más mortífero jamás registrado, el Camp Fire. El clima más cálido y la supresión de incendios han propiciado la acumulación de árboles y maleza que alimentan incendios cada vez más destructivos.
Pero no siempre ha sido así. Durante milenios, los pueblos indígenas permitieron que ardieran los incendios forestales y aplicaron fuego intencionadamente a la tierra por motivos que iban desde la ceremonia hasta la subsistencia.
Como resultado de la estrategia indigena, los bosques precoloniales de California contenían menos combustible para las hambrientas llamas y eran más capaces de retener la humedad, claves para la resistencia al fuego y a la sequía.
No es ningún secreto que las regiones propensas a los incendios forestales necesitan pasar de un enfoque centrado exclusivamente en la extinción a otro que incluya una quema mucho más controlada y la capacidad de recuperación de los bosques.
A medida que se reevalúan las estrategias de manejo de incendios forestales, este estudio proporciona un sólido respaldo a la implementación de quemas controladas como parte integral de la gestión forestal.
Con resultados que indican una reducción significativa del riesgo de incendios catastróficos, los investigadores subrayan la importancia de un enfoque continuo y periódico en lugar de intervenciones puntuales.
Este análisis no solo destaca la eficacia de las quemas de baja intensidad en la prevención de incendios, sino que también demuestra cómo la ciencia de datos y la colaboración multidisciplinar pueden contribuir a la mitigación del cambio climático y a la protección de ecosistemas y comunidades.