Un estudio estadístico revela la posibilidad de réplicas duraderas y su impacto en la sismicidad moderna
Casi dos siglos después de algunos de los terremotos más fuertes registrados en la historia de Estados Unidos, un estudio sugiere que aún podríamos estar experimentando réplicas persistentes de esos eventos sísmicos.
Cuando un terremoto sacude una región, pequeños temblores conocidos como réplicas pueden seguir agitando el área durante días o incluso años después del evento inicial. Estas réplicas, aunque de menor magnitud que el terremoto principal, pueden afectar la infraestructura y obstaculizar la recuperación del evento original.
"Algunos científicos suponen que la actividad sísmica contemporánea en partes de América del Norte estable son réplicas, y otros piensan que se trata principalmente de sismicidad de fondo", explicó Yuxuan Chen, geocientífico de la Universidad de Wuhan y autor principal del estudio publicado en el Journal of Geophysical Research: Solid Earth.
"Queríamos abordar esto desde otro ángulo utilizando un método estadístico", agrego Chen en el citado estudio que recoge Europa Press
El estudio se centra en tres terremotos históricos que oscilan entre 6.5 y 8.0 de magnitud, ocurridos en el sureste de Quebec en 1663, en la frontera entre Missouri y Kentucky entre 1811 y 1812, y en Charleston, Carolina del Sur, en 1886. Estos eventos, los más grandes en la historia reciente de América del Norte, han sido objeto de investigación para comprender la persistencia sísmica.
El equipo utilizó un enfoque estadístico llamado método del vecino más cercano, analizando datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), para determinar si los terremotos modernos podrían ser réplicas de larga duración de estos eventos históricos.
Según el USGS, no hay forma de distinguir entre sismos previos y sismicidad de fondo hasta que se produzca un terremoto más grande, pero los científicos aún pueden discernir réplicas. Por lo tanto, identificar la causa de los terremotos modernos es importante para comprender el riesgo de desastres futuros de estas regiones, incluso si la actividad sísmica actual está causando poco o ningún daño.
Descubrieron que, en el sureste de Quebec, las réplicas han cesado, pero en la frontera entre Missouri y Kentucky, alrededor del 30% de los terremotos entre 1980 y 2016 podrían ser réplicas de los eventos de 1811-1812. En Charleston, Carolina del Sur, aproximadamente el 16% de los terremotos modernos podrían ser réplicas del terremoto de 1886.
La sismicidad moderna en estas regiones, según Chen, es una "mezcla" de réplicas y sismicidad de fondo. El estudio destaca la importancia de comprender la actividad sísmica pasada para evaluar el riesgo de desastres futuros en estas áreas, ya que la acumulación de tensión puede provocar terremotos más grandes en el futuro. "Para elaborar una evaluación de peligros para el futuro, realmente necesitamos entender qué sucedió hace 150 o 200 años", subraya Chen.