El consumo de crudo escalará en 2024 a un nuevo récord, a pesar del impacto de la desaceleración económica en la demanda
SANTO DOMINGO, 14 Nov. – La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha revelado en su boletín mensual de noviembre que las expectativas de consumo mundial de petróleo para los años 2023 y 2024 son más altas de lo anticipado, con una demanda global que alcanzará un nuevo récord histórico de 102,9 millones de barriles diarios (mb/d). Esto sucederá a pesar de los desafíos económicos que han afectado la demanda.
En 2023, se espera que la demanda mundial de crudo aumente en 2,4 mb/d, superando la estimación previa de 2,3 mb/d y llegando a un consumo promedio de 102 mb/d durante el año. Un dato interesante es que China jugará un papel importante en este aumento, representando el 75% del crecimiento estimado del consumo de petróleo en 2023, con 1,8 mb/d de los 2,4 mb/d previstos, ha informado la agencia Europa Press.
Mirando hacia 2024, la AIE reconoce que la desaceleración económica tendrá un impacto en el crecimiento de la demanda, reduciéndolo a un promedio de 930.000 barriles diarios, aunque aún por encima de los 880.000 estimados anteriormente. Sin embargo, esto impulsará la demanda global a un nuevo récord de 102,9 mb/d.
La AIE señala que la OCDE experimenta "vientos económicos en contra", con un aumento limitado de la demanda en 2023 y una posible contracción en 2024. Esto refleja el final de la fase de recuperación económica posterior a la pandemia y otros factores estructurales, como la eficiencia energética y el crecimiento de los vehículos eléctricos.
En cuanto al suministro de petróleo, la AIE destaca un crecimiento que supera las expectativas, con la producción récord de Estados Unidos, Brasil y Guyana. Para 2024, se espera que los productores no pertenecientes a la OPEP+ lideren el crecimiento mundial, alcanzando una cifra sin precedentes de 103,4 mb/d.
A pesar de la desaceleración económica, la AIE indica que el mercado petrolero seguirá en déficit durante 2023, pero la situación podría cambiar a principios de 2024 debido a la menor demanda causada por el crecimiento económico más lento.
La abrupta caída de los precios en septiembre y octubre se atribuye a preocupaciones sobre la economía global y la demanda de petróleo, a pesar de la escasez de suministros y el conflicto en Oriente Próximo. La OPEP atribuye esta caída en parte a la acción de especuladores que redujeron sus posiciones alcistas en octubre.
En resumen, la AIE anticipa un aumento en la demanda de petróleo para 2023 y 2024, superando las expectativas, a pesar de los desafíos económicos. El mercado petrolero sigue siendo vulnerable a factores económicos y geopolíticos, lo que podría generar volatilidad en los precios.