Al parecer, las preocupaciones discursivas del pontífice argentino se han convertido en cucharadas de lamentos, que a nadie importa.
El 8 de octubre de 2023, el papa Francisco pidió el fin de los ataques y la violencia en Israel y Gaza, afirmando que el terrorismo y la guerra no resolverán ningún problema, sino que sólo traerán más sufrimiento y muerte a personas inocentes.
"Sigo con aprensión y dolor lo que está sucediendo en Israel. Expreso mi solidaridad con los familiares de las víctimas y rezo por todos los que están viviendo horas de terror y angustia. Que cesen los ataques y las armas, por favor, porque debe entenderse que el terrorismo y la guerra no aportan soluciones, sino sólo la muerte y el sufrimiento de muchas vidas inocentes. La guerra es una derrota, cada guerra es una derrota. Recemos por la paz en Israel y Palestina", dijo el papa en su discurso semanal a los fieles en la Plaza de San Pedro.
El 14 de noviembre de 2023, el prelado católico instó a los jóvenes a difundir no sólo malas noticias, sino “noticias esperanzadoras” en las redes sociales en un momento en el que muchos “viven experiencias de guerra, violencia, acoso escolar y otros tipos de dificultades y se ven afligidos por la desesperación, el miedo y la depresión”.
En su desesperado mensaje, precisa que vivimos en una época en la que, para muchos, incluidos los jóvenes, la esperanza parece ser la gran ausente.
“Muchos de vuestros coetáneos que, lamentablemente, viven experiencias de guerra, violencia, acoso escolar y otros tipos de dificultades se ven afligidos por la desesperación, el miedo y la depresión. Se sienten como encerrados en una prisión oscura, incapaces de ver los rayos del sol. Esto queda dramáticamente demostrado por el alto número de suicidios entre los jóvenes en varios países”, añade.
El pontífice pone como ejemplos que en las redes sociales parece más fácil compartir malas noticias que noticias esperanzadoras. Por lo tanto, les propuso a la juventud tratar de compartir cada día una palabra de esperanza.
Tal parece que son sordos los receptores de los mensajes del papa Francisco porque Israel continúa bombardeando y exterminando sistemáticamente a gentes inocentes en la Franja de Gaza, sobre todo a cientos de niños y mujeres. Incluso sus tropas están atacando hospitales y ambulancias con armas devastadoras.
En lo que respecta a la juventud, sus mensajes tampoco surten efectos. Los jóvenes se mantienen ausentes de lo que está ocurriendo en la sociedad mundial. Aferrados a los celulares y a otros dispositivos de moderna tecnología, se encierran en una habitación y hasta se olvidan de alimentarse o realizar las tareas escolares.
Al parecer, las preocupaciones discursivas del pontífice argentino se han convertido en cucharadas de lamentos, que a nadie importa.
Y si los líderes mundiales son indiferentes a los consejos de una autoridad como el Papa, entonces debemos concluir en que la humanidad está desprotegida y se encamina, de manera precipitada, hacia un colapso social catastrófico.