Con el aumento de ciclones más intensos, las economías podrían tener dificultades para recuperarse completamente entre tormentas.
Un nuevo estudio publicado en Nature Communications revela que los impactos sostenidos de los ciclones tropicales tienen un impacto significativo en el costo social global del carbono, superando en más del 20% las estimaciones actuales.
Este aumento se atribuye principalmente al proyectado aumento de los daños económicos causados por ciclones tropicales en grandes economías como India, Estados Unidos, China, Taiwán y Japón, a raíz del calentamiento global.
El análisis demuestra que los ciclones tropicales intensos pueden ralentizar el desarrollo económico de un país por más de una década. Con el aumento proyectado de ciclones más intensos debido al calentamiento global, las economías podrían tener dificultades para recuperarse completamente entre tormentas.
Las implicaciones a largo plazo, como las reducciones en el crecimiento económico debido a ciclones tropicales, podrían perjudicar el desarrollo económico más que el daño económico directo de las tormentas, destaca Europa Press.
Para su estudio, los investigadores analizaron los daños económicos causados por estas tormentas en 41 países propensos a ciclones tropicales durante el período de 1981 a 2015 y los proyectaron para futuros escenarios de calentamiento global.
A diferencia de estudios anteriores, con ello tuvieron en cuenta los impactos a largo plazo, en su mayoría negativos, de estas tormentas sobre el desarrollo económico.
Los investigadores encontraron que estos impactos aumentan el costo social del carbono en más del 20% a nivel mundial (de 173 dólares a 212 dólares por tonelada de CO2) y en más del 40% en los países analizados propensos a ciclones tropicales, en comparación con estimaciones del costo social del carbono que se utilizan actualmente para las evaluaciones de políticas.
Aunque el costo social del carbono se utiliza ampliamente en las políticas climáticas, este estudio destaca que las estimaciones actuales no tienen en cuenta los efectos a largo plazo de los fenómenos extremos, subestimando así los costos reales del cambio climático.
Los investigadores abogan por una mejor cuantificación de los costos generales de estos eventos extremos para informar a la sociedad sobre los verdaderos costos del cambio climático y abogar por una acción climática eficaz.