Caracas denuncia la presencia militar de Estados Unidos en Guyana, mientras Brasil refuerza su frontera
Santo Domingo.- La tensión en la región del Esequibo entre Venezuela y Guyana ha alcanzado niveles preocupantes, con acusaciones de presencia militar estadounidense y movimientos estratégicos por parte de Brasil. El conflicto territorial, centrado en la disputa sobre el Esequibo, ha llevado a una escalada de tensiones que preocupa a la comunidad internacional.
Caracas ha denunciado la presencia de tropas del Comando Sur de Estados Unidos en Guyana, acusando al presidente guyanés, Irfaan Ali, de permitir de manera irresponsable esta incursión. La situación se complica aún más con la aprobación de un referéndum en Venezuela para anexarse el territorio del Esequibo, argumentando derechos históricos sobre la región, reseña la agencia Europa Press.
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El presidente Ali confirmó contactos con el Mando Sur de Estados Unidos, desatando una nueva ola de tensiones entre los dos países vecinos. Mientras tanto, el Ministerio de Exteriores venezolano ha acusado a Guyana de actuar bajo el mandato de la petrolera Exxon Mobil, abriendo la posibilidad de instalación de bases militares estadounidenses en la región.
En respuesta, el Gobierno venezolano ha exhortado a Guyana a retomar el diálogo directo sobre la base del Acuerdo de Ginebra, firmado en 1966. Sin embargo, Guyana sostiene que Venezuela renunció al territorio en disputa en el siglo XIX y ha llevado el caso a la Corte Internacional de Justicia.
La intervención de Brasil en el conflicto agrega un nuevo elemento a la ecuación. El ministro de Defensa brasileño, José Múcio, ha afirmado que las Fuerzas Armadas garantizarán la seguridad en la triple frontera con Venezuela y Guyana, desestimando la posibilidad de que tropas extranjeras utilicen el territorio brasileño.
El despliegue militar brasileño, ordenado por el presidente Lula da Silva, refuerza la importancia estratégica de la región en disputa. Con una presencia militar duplicada y vehículos blindados enviados, Brasil busca asegurar sus fronteras y evitar cualquier gesto de insensatez que pueda desencadenar un conflicto más amplio.
El conflicto territorial, arrastrando disputas históricas y acusaciones de intervención extranjera, plantea desafíos significativos para la estabilidad regional. La comunidad internacional sigue de cerca la evolución de los acontecimientos, mientras los gobiernos involucrados buscan soluciones diplomáticas en medio de una creciente incertidumbre.