Las comunicaciones de los presidentes de Venezuela y Guyana que reflejan las posturas firmes de cada nación sobre la controvertida región de Esequibo.
Santo Domingo. – En un clima de creciente tensión en el Caribe, las recientes cartas públicas intercambiadas entre los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Guyana, Irfaan Ali, han exacerbado el ambiente previo a su reunión programada para este jueves. La disputa se centra en la región de Esequibo, un territorio rico en recursos cuyo control es objeto de una larga controversia.
El presidente Ali rechazó ayer las afirmaciones de Maduro, quien en una carta al Primer Ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, sugirió que la disputa fronteriza podría ser tema de discusión bilateral. Ali sostuvo que esta cuestión está actualmente en manos de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), una posición respaldada unánimemente por la Asamblea Nacional de Guyana.
La respuesta de Ali surgió tras la carta de Maduro a Gonsalves, en la que se mencionaba un "diálogo de alto nivel" para abordar directamente la disputa territorial. El presidente guyanés reiteró la posición de su nación de no desviar el proceso de la CIJ, subrayando su compromiso con cualquier decisión que este órgano emita.
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Mientras tanto, la primera ministra de Barbados, Mia Amor Mottley, anunció su participación en las conversaciones en San Vicente y las Granadinas, destacando el potencial de esta disputa fronteriza para alterar significativamente la paz y la estabilidad regional.
Por su parte, Maduro confirmó su asistencia a la reunión, aunque sus recientes declaraciones y acciones han incrementado las tensiones. Recientemente celebró un referéndum para buscar apoyo popular en su reclamo sobre Esequibo, incluyendo medidas como la posible expulsión de empresas como ExxonMobil de la región.
Ali, en su comunicación, también refutó la afirmación de Maduro sobre la invalidez del Laudo Arbitral de 1899, que estableció la frontera entre la entonces Guayana Británica y Venezuela. Recordó que Venezuela aceptó este laudo por más de 60 años y no ha presentado pruebas concretas que respalden su reclamo de invalidez.
La reunión programada entre ambos líderes se perfila como un momento crítico para la región, donde se buscará atenuar las tensiones y hallar una vía para la resolución pacífica de esta disputa de larga data. La comunidad internacional observa con interés el desenlace de este encuentro, que podría sentar un precedente en la solución de conflictos territoriales en el Caribe.