Oportunidades de observación limitadas por la Luna cercana al plenilunio
MADRID, 18 de Diciembre (Diario Digital RD) – La noche del 22 al 23 de diciembre se espera la máxima actividad de la lluvia de estrellas de las Úrsidas, aunque la visibilidad se verá mermada por la luminosidad de una luna creciente próxima a su fase llena. Así lo anticipan los cálculos del Observatorio Astronómico Nacional.
Este fenómeno astronómico, habitual entre el 17 y el 26 de diciembre, ofrece una tasa de actividad de 10 a 50 meteoros por hora, desplazándose a unos 33 kilómetros por segundo. Sin embargo, la brillantez de la luna este año dificulta su observación, relegando el mejor momento para admirar este evento a las horas previas al amanecer, cuando la luna se oculte en el horizonte.
A menudo eclipsadas por otras lluvias de meteoros más intensas, como las Gemínidas y las Cuadrántidas, las Úrsidas son partículas del cometa 8P/Tuttle, descubierto en 1858. Cada año, al acercarse estas fechas, la Tierra cruza un anillo de fragmentos dejados por este cometa en sus pasadas cercanas al Sol.
Los meteoroides, al entrar en contacto con la atmósfera terrestre, se vaporizan, creando los destellos conocidos como meteoros o estrellas fugaces. El punto de origen aparente de estos meteoros, denominado "radiante", se ubica cerca de la estrella Kocab en la constelación de la Osa Menor, de ahí el nombre de la lluvia.
Los entusiastas de la astronomía aún pueden disfrutar de este espectáculo cósmico, siempre que se sitúen en lugares oscuros y despejados, lejos de obstáculos como edificios o árboles. No se requieren instrumentos ópticos, ya que limitan el campo de visión. Se recomienda observar en dirección opuesta a la Luna y permitir que los ojos se adapten a la oscuridad para una mejor experiencia.