Grandes citas electorales como EEUU, India, Rusia y en el Parlamento Europeo entre otros, reconfigurarán el poder continental a mitad de año
MADRID, 31 de diciembre del 2023.-Unos 40 países celebrarán elecciones en 2024, lo que implicará que casi la mitad de la población mundial estará convocada a unas urnas que deberán determinar entre otras cuestiones quién gobierna el país más poblado del mundo, India, y también el que sigue considerándose como el más poderoso, Estados Unidos, mientras que en la órbita UE el foco estará puesto en las elecciones al Parlamento Europeo.
El sistema democrático pondrá en juego el control del 42 por ciento del PIB mundial, según cálculos de Bloomberg, que cifra en 3.200 millones las personas que podrán elegir en 2024 a sus líderes, en algunos casos con perspectivas de continuidad y, en otras, con un horizonte de cambio.
Entre los primeros territorios llamados a votar están Bangladesh, con elecciones generales el 7 de enero, o Taiwán, que el 13 de enero celebrará comicios parlamentarios y presidenciales en plena escalada de tensiones políticas con Pekín, que sigue reivindicando su soberanía sobre la isla en aras de la doctrina de 'una sola China'.
Ya el mes siguiente, están convocadas elecciones presidenciales en Azerbaiyán (7 de febrero) y Senegal (25 de febrero) y parlamentarias en Pakistán, (8 de febrero), Indonesia (14 de febrero) y Bielorrusia (25 de febrero). El día 4 los salvadoreños están llamados a la primera –y previsiblemente única– vuelta en El Salvador, donde Nayib Bukele figura como claro favorito.
Portugal sacará las urnas el 10 de marzo, para una votación anticipadas por la caída del Gobierno de António Costa, mientras que una semana más tarde Rusia celebrará presidenciales con plenas garantías de que Vladimir Putin revalide su estancia en el Kremlin, gracias a una reforma constitucional que le ha permitido seguir en el poder más allá de dos mandatos consecutivos.
A medida que se alejan las fechas, aumentan las dudas en torno a los días exactos en que tendrán lugar los comicios previstos y aún no convocados, aunque ya hay algunas citas sobre la mesa. En América Latina, Panamá y República Dominicana elegirán presidente en mayo –el 5 y el 19, respectivamente–, mientras que México hará lo propio el 7 de junio y Uruguay seguirá el 27 de octubre.
El sistema democrático pondrá en juego el control del 42 por ciento del PIB mundial. Unos 3.200 millones personas podrán elegir en 2024 a sus líderes, en algunos casos con perspectivas de continuidad y, en otras, con un horizonte de cambio.
En el caso de Europa, la gran cita llegará en junio con las elecciones al Parlamento Europeo, que tendrán lugar entre el 6 y el 9 y marcarán el inicio de una nueva legislatura y, por extensión, la reconfiguración del poder dentro de un bloque compuesto actualmente por 27 países. Bélgica, sede central de las instituciones, celebrará comicios legislativos el 9 de junio.
También Estados Unidos tiene la fecha cerrada, tal como establece su propia Constitución: el primer martes después del primer lunes de noviembre. En 2024, esto implica que la ciudadanía estadounidense elegirá el próximo 5 de noviembre si mantiene a Joe Biden en la Casa Blanca y la composición de la Cámara de Representantes y el Senado (un tercio de está cámara) para los próximos dos años.
LAS DUDAS PENDIENTES
Otras batallas están aún por fijarse en el calendario, ya que se mantienen en el aire las elecciones en países como India, Sudáfrica y Austria. En Ucrania, el presidente Volodimir Zelenski debe determinar si se dan las condiciones legales y de seguridad para convocar presidenciales, mientras que Venezuela teóricamente debe sacar las urnas a final de año, a falta de saber si habrá o no acuerdo entre chavistas y opositores para establecer unas mínimas garantías.
Queda la duda, además, de posibles adelantos electorales, ya que en Reino Unido las próximas elecciones parlamentarias deben celebrarse antes de finales de enero de 2025 y la tensión política puede hacer saltar por los aires la legislatura antes de tiempo. Los laboristas, actualmente en la oposición, figuran como claros favoritos para desbancar a los conservadores del poder.